Por Jeffrey Medina Rivas
Ciudadanía RD Media

Cada mañana, miles de padres dominicanos dejan a sus hijos en escuelas y colegios con la esperanza de que recibirán no solo educación, sino también protección. Sin embargo, detrás de esa rutina cotidiana se esconde una verdad alarmante: la mayoría de estos centros educativos, tanto públicos como privados, no cuenta con planes de emergencia consolidados ni ha realizado simulacros de evacuación en años… si es que alguna vez lo han hecho.
En una consulta informal a más de 25 madres y padres cuyos hijos estudian en distintos niveles del sistema educativo nacional, ninguno pudo confirmar que el colegio de sus hijos haya realizado un simulacro, tenga rutas de evacuación señalizadas o un punto de encuentro definido en caso de un sismo. Y esto no es una excepción: es una norma silenciosa.
En un país como República Dominicana, donde ocurren sismos todos los días, aunque muchos pasen desapercibidos y que se encuentra ubicado sobre la falla sísmica más activa del Caribe, la ausencia de preparación en nuestras escuelas es inaceptable y peligrosa.
El silencio sísmico no es seguridad
No haber vivido un gran terremoto recientemente no significa que estemos seguros. Todo lo contrario. La historia sísmica del país, con eventos como el terremoto de 1946 en Samaná o el de 2010 que devastó Haití, nos recuerda que estamos expuestos. ¿Qué pasará si un sismo ocurre a las 10:00 de la mañana, en plena clase? ¿Quién se encargará de los niños? ¿Saben ellos qué hacer? ¿Saben los maestros cómo actuar?
Escuelas sin planes, niños sin protección
La Ley 147-02 sobre Gestión de Riesgos y el Reglamento 522-06 de Seguridad y Salud en el Trabajo establecen la obligación de tener planes de emergencia y evacuación. Pero la realidad es otra: la prevención brilla por su ausencia en el sistema educativo dominicano, donde la prioridad parece ser el rendimiento académico, mientras la seguridad estructural y operativa queda relegada.
No basta con tener un extintor oxidado en una esquina. Hace falta cultura preventiva, formación, simulacros regulares, rutas de evacuación claras, señalización visible y brigadas escolares capacitadas. Y sobre todo, hace falta voluntad.
Un llamado urgente a los padres dominicanos
Si tú, como madre o padre, nunca has recibido una comunicación del colegio sobre planes de evacuación, ni has visto señalizaciones claras, ni sabes dónde se reunirían los alumnos en caso de emergencia, es hora de hacer preguntas incómodas. Es hora de exigir respuestas y acciones.
Enviar a nuestros hijos a estudiar no puede implicar exponerlos a un entorno que no sabrá protegerlos cuando la tierra tiemble.
La prevención escolar no es opcional. Es un derecho de los niños y un deber de las autoridades.
No esperemos una tragedia para despertar. Preguntemos hoy. Exijamos hoy. Porque mañana puede ser demasiado tarde.