Por José Ricardo Taveras Blanco.
CRDmedia
El Estado, P. @luisabinader @MDefensaRD @MigracionRDo , debe apoyar sin reservas al oficial migratorio que tuvo el incidente con un sargento (r) del US Army de nacionalidad haitiana y naturalizado americano, la realidad es que conforme a informes fidedignos el pecado del oficial dominicano consistió en advertirle al extranjero que la frontera dominico-haitiana está cerrada y que, si no se trata de un tráfico comercial restringido, cualquier ciudadano del mundo requerirá de un salvoconducto de cancillería para poder cruzarla. En su calidad de sargento (r) del imperio, el extranjero entendería que la frontera es un puesto de frituras y que por su condición no se le podía impedir el tránsito internacional que procuraba, porque a él le da la gana, lo que degeneró en trato irrespetuoso con vías de hecho incluidas contra el oficial, lo cual hizo necesario que fuera reducido al orden con medios absolutamente proporcionales, es decir, si es verdad que se le dio, el sargento está “bien dao”.
Cuidado con sancionar ese agente, sancionarlo a él no le hará daño a su persona, condenará la aplicación de la ley y por vía de consecuencia al propio Estado. Así como el sargentico se presta de instrumento para una campaña contra el país, también nosotros debemos hacer la nuestra para que nuestra autoridad como país, entiéndase bien, no la autoridad de nuestro oficial, sea respetada por esos instrumentos de provocación que seguirán apareciendo frecuentemente.