Los abogados del joven de 22 años sospechado de asesinar a cinco personas en un club LGBT+ de Colorado, Estados Unidos, dijeron que su cliente es no binario antes de una primera comparecencia ante un tribunal el miércoles, mientras que surgieron detalles de un caótico pasado que incluye la ruptura de la familia y un cambio de nombre.
Cinco muertos y 18 heridos fue el saldo de un ataque armado el sábado en el Club Q en Colorado Springs, una pacata ciudad en el noroeste de Estados Unidos.
La matanza terminó cuando un veterano del Ejército arrancó el arma del atacante quien fue preso.
El sospechoso Anderson Lee Aldrich apareció en un breve video ante la justicia este miércoles. Sentado, vestido con el uniforme anaranjado de la cárcel, sólo habló para confirmar su nombre y que había sido informado sobre sus derechos.
No fueron presentados cargos ni mociones.
Aldrich estaba flanqueado por dos defensores públicos que dijeron el martes en documentos judiciales que su defendido se identifica como no binario y utiliza el pronombre “ellos” considerado neutro en inglés.
Aldrich no ha sido acusado formalmente, pero las autoridades lo mantienen detenido bajo sospecha de asesinato. De acuerdo con el sistema judicial de Colorado, los cargos formales no deben ser presentados antes de diez días. Aldrich está detenido sin derecho a fianza.
– Inestabilidad –
Una imagen de la complicada vida personal de Aldrich comenzó a emerger este miércoles. El sospechoso habría vivido una infancia marcada por inestabilidad y sus padres padecieron problemas por abuso de drogas.
Medios estadounidenses informaron que Aldrich vino al mundo como Nicholas Brink y que sus padres se separaron cuando tenía dos años.
Nicholas cambió su nombre a Anderson Lee Aldrich cuando era adolescente en Texas.
El diario The New York Times citó archivos judiciales según los cuales el papá de Aldrich, Aaron Franklin Brink, había sido arrestado varias veces en California por infracciones al volante y problemas con drogas.
Brink, quien se describe como un Republicano conservador que trabajó como actor porno, le dijo al diario en San Diego, California, que hace años su exesposa, Laura Voepel, le dijo que su hijo estaba muerto.
Era la información que Brink dice que manejaba hasta que hace unos meses recibió una llamada de Aldrich que derivó en una pelea, y en la cual fue amenazado por Aldrich.
Brink, quien dijo ser entrenador de artes marciales, le dijo a la cadena CBS que había “elogiado” comportamiento violento de su hijo cuando niño.
“Le dije que eso funcionaba. Es instantáneo y tienes resultados inmediatos”, dijo el padre.
Extractos de la entrevista publicada en línea muestran a Brink, quien apareció en un programa de televisión de vida real sobre adicción a las drogas, confundido sobre el lugar donde su hijo supuestamente había cometido el crimen.
“Me dijeron sobre el tiroteo con varias personas”, dijo Brink refiriéndose a una llamada telefónica que recibió del abogado de Aldrich el domingo.
“Sabes que los mormones no somos gais. No somos gais. No hay gais en la iglesia mormona”, dijo Brink sobre enterarse de que el tiroteo ocurrió en un bar LGBT+.
Él dijo que lamentaba las supuestas acciones de su hijo, y que “no hay excusa para ir y matar a gente”.
El New York Times afirma que la mamá del sospechoso, Laura Voepel, también tuvo problemas con las autoridades en California por embriaguez pública y posesión de drogas.
En 2012, fue sentenciada a cinco años en libertad condicional en Texas por prender fuego a una cama en una institución psiquiátrica en la cual había sido admitida, de acuerdo con archivos judiciales citados por el New York Times.
Aldrich es el nieto del diputado de California, Randy Voepel, informaron medios locales.
La audiencia del miércoles ocurrió a menos de cuatro días después del ataque armado en el Club Q, en Colorado Springs, una pequeña ciudad al este de las Montañas Rocosas.
Un memorial fue erguido con flores y osos de peluche en las puertas del club Q, y una vigilia con velas fue celebrada el lunes en un parque del centro de la ciudad.
Además del duelo, la comunidad se ha reunido en torno a elogios al veterano del Ejército Richard Fierro que controló al atacante.
“No sé exactamente qué hice, sólo entré en modo combate”, dijo Fierro que estaba en el club con su esposa. “Sólo sabía que tenía que matar a esta persona antes de que nos matara a nosotros”.
“Le quité el arma de su mano y comencé a golpearlo en la cabeza, una y otra vez”, le dijo al New York Times.
Aldrich debe presentarse ante los tribunales el 6 de diciembre.