Naciones Unidas (EFE).- El Gobierno de Kiev admitió la posibilidad de que el avión ruso derribado el miércoles en la zona fronteriza con Ucrania transportara a 65 prisioneros ucranianos para un canje, algo que hasta el momento había negado, al asegurar que el aparato transportaba armas.
La representante adjunta de Ucrania ante la ONU, Khrystyna Hayovyshyn, tomó la palabra en una sesión del Consejo de Seguridad destinada específicamente al incidente del avión y que fue solicitada con carácter de urgencia por Rusia.
El incidente
“Si la información de que había prisioneros de guerra ucranianos se confirma -dijo la diplomática-, estaremos ante otra grave violación del derecho internacional humanitario por parte de Rusia, en el primer caso en que Moscú utiliza escudos humanos en el aire para cubrir el transporte de misiles”
La tesis de Rusia
Esta es la primera declaración oficial ucraniana en la que admiten que la información suministrada por Rusia puede ser cierta: que el avión transportaba a 65 prisioneros, tres guardianes y seis tripulantes.
Todos fallecieron cuando al aparato se estrelló al ser supuestamente alcanzado por un proyectil ucraniano, según Moscú.
La representante ucraniana dio otro detalle que también abona la tesis rusa, al asegurar que su país ha registrado una demanda criminal contra Rusia por haber violado el artículo 130 de la Convención de Ginebra “al haber omitido su deber de garantizar la seguridad de los prisioneros” y haberlos transportado “en un medio de transporte que es un blanco legítimo (de guerra) por su uso militar”.
No obstante, la diplomática insistió en que la información de sus servicios de inteligencia militar señala que solo cinco cadáveres ingresaron en la morgue de la ciudad de Bélgorod tras el accidente.
Una investigación internacional
En todo caso, Hayovyshyn volvió a reclamar una investigación internacional urgente sobre los hechos, y añadió que cualquiera que sea el resultado, “la responsabilidad última recae sobre Rusia” por haber lanzado la guerra contra Ucrania.
En la misma sesión del Consejo de Seguridad ya había intervenido la subsecretaria general de la ONU para Asuntos Políticos, Rosemary DiCarlo, quien aclaró que Naciones Unidas no podía confirmar de forma independiente las acusaciones cruzadas de Rusia y Ucrania sobre el incidente.
Además, el representante adjunto de EE.UU., Robert Wood, tampoco negó la veracidad de la versión rusa de los hechos, lo que hizo presagiar que podía ser verdad.