
Por segunda vez en septiembre, un ataque a un convoy de suministros en el norte de Burkina Faso ha dejado al menos 11 soldados muertos. Unos 50 civiles están desaparecidos, según un informe del Gobierno del martes por la noche.
Al menos 11 soldados murieron y unos 50 civiles desaparecieron en un ataque perpetrado por presuntos yihadistas en Gaskinde, al norte del país, contra un convoy de suministros, según un balance anunciado este martes 27 de septiembre por el Gobierno.
“Un convoy de suministros con destino a la ciudad de Djibo fue objeto de un ataque cobarde y bárbaro. El balance provisional es de 11 cuerpos de soldados encontrados, 28 heridos”, escribió el portavoz del Gobierno, Lionel Bilgo, en un comunicado. “Unos 50 civiles también están desaparecidos y la búsqueda continúa”, indica el texto.
Sin embargo, el número de muertos podría ser mucho mayor, ya que una fuente de seguridad dijo a la agencia de noticias AFP que había “alrededor de 60 víctimas”. “Casi todo el convoy, vehículos y alimentos, fue quemado”, dijo la fuente.
Los vídeos recibidos por la AFP de fuentes de seguridad muestran varios camiones quemados y destruidos al lado de una carretera.
“Seguimos unidos y solidarios para liberar a nuestro querido país”
El convoy fue objeto de una emboscada cerca de la ciudad de Gaskinde, en la provincia de Soum, dijo el Ejército en un comunicado el lunes por la noche.
“El ataque también causó importantes daños materiales”, dijo Bilgo. “Por supuesto, estamos tristes por la tragedia actual y las crueles pérdidas que hemos sufrido, pero seguimos erguidos, unidos y solidarios para liberar a nuestro querido país, Burkina Faso”, aseguró.
Además, recordó el compromiso de “las fuerzas patrióticas en la lucha contra el terrorismo para mantener su juramento de defender y liberar a nuestro pueblo de las garras de las fuerzas oscurantistas que quieren esclavizarlo mediante la violencia ciega y el terror”.
Segundo ataque este mes
Este es el segundo ataque este mes contra un convoy de suministros en el norte del país. A principios de septiembre, un artefacto explosivo improvisado estalló entre Djibo y Bourzanga, matando al menos a 35 civiles, entre ellos varios niños.
Estos convoyes, escoltados por el Ejército, llevan suministros a las ciudades del norte, bloqueadas por los grupos yihadistas, que recientemente han derribado los puentes de las principales carreteras.
Burkina Faso, donde los militares tomaron el poder en enero prometiendo hacer de la lucha contra el yihadismo su prioridad, se enfrenta, como varios de sus vecinos, a la violencia de los movimientos armados afiliados a Al-Qaeda y al autodenominado Estado Islámico.
Desde 2015, los ataques recurrentes han matado a miles de personas y han desplazado a unos dos millones de ciudadanos.
Con AFP