Por Leonardo Sánchez G.
CRDmedia
El salto generacional entre padres e hijos y la rápida evolución de los dispositivos electrónicos ha ocasionado que hoy en día exista una generación de menores considerados SOMBIS DIGITALES. Una situación que ha expuesto a estos jóvenes a riesgos que desconocen y para los que no están preparados. Y que ha legado de imprevisto y sin saber cómo afrontarlo a padres y educadores.
La manera más fácil de notar la diferencia entre las ya mencionadas generaciones es el cambio de pensamientos entre una y otra, mientras la primera tenía como prioridad la creación, el invento de cosas que generarán comodidad, eficiencia y rapidez en todo lo que conllevara un producto o servicio, la otra ha tomado esas herramientas para incurrir en metodologías que si bien es cierto han alcanzado un sitial tecnológico sorprendente, no es menos cierto el que de la misma manera han distorsionado el fin por el que fueron creados.
Hoy quiero hacer énfasis en los malos contenidos digitales, que en mi opinión han sido más que responsables por el alto alcance que ofrece la red, influenciando a la velocidad de la Luz a una clase creciente de niños, adolescentes y jóvenes, a adoptar comportamientos y formas muy ajenas a las practicadas en el hogar.
Sin lugar a dudas una de las reglas del acceso en la navegación de internet es que su uso es exclusivamente responsabilidad de quien navega, pero de ahí a encontrarse con contenidos nocivos, entiendo es de responsabilidad de los estados, ya que cuentan con leyes que obligan al sano contenido digital y de no contar con dichas leyes, pudieran crearlas para resguardar a travez de su censura, la buena formación del individuo.
El producto de la permisividad de los estados a estos desarrolladores de contenidos basuras a evacuado y puesto en funcionamiento un vandalismo escolar en la última década, tanto así que hasta los mismos centros educativos, públicos y privados se han visto afectados por ellos. Hoy se exhiben con normalidad estilos de vestimentas, peinados y cortes de pelo, muy alejados de la ética y moral que muchos llegamos a ostentar con orgullo.
Eso sin dejar de mencionar el irrespeto a la labor del docente en los centros educativos, faltándoles incluso en algunas ocasiones a su integridad Física, hoy los maestros les temen a los estudiantes y no los estudiantes y los que si van a tomar un el pan de la enseñanza con seriedad, también corren el mismo peligro, viéndose afectados por no ser como ellos.
Hoy en día 99% de los adolescentes de 15 años tiene acceso a Internet. Además, los hábitos de consumo de estos menores ha cambiado ya que el 72% de ellos reconoce ver diariamente más contenido en Youtube que en la televisión. Un canal usado por desarrolladores de contenido, desbocados con y con alta afinidad al morbo, la especulación y las malas costumbres . El 86% de los jóvenes que acceden a Internet lo hacen sin sistemas de filtrado de contenido inadecuado. Y entre el 28% y el 38% se ve expuesto a contenidos inapropiados o nocivos.
Debemos volver a la moral y cívica en las escuelas y centros educativos, volver a crear las bases de la correcta formación implementado metodos modernos y eficientes que presenten a futuro hombres y mujeres pensantes, capaces de aportar a la sociedad, el don de servicios, productividad y paz social. Aún estamos a tiempo.
Author: Redacción
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