Pekín (EFE).- China concluyó la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) con llamadas a la “unidad” y al “sacrificio” para superar la ralentización económica y una reforma que otorga aún más control al Partido Comunista (PCCh).
Más poder para Xi
La cita política más importante del país llegó a su fin con la predecible decisión de los delegados de aprobar todos los puntos del día -de los presupuestos a los informes de trabajo de diferentes órganos-, entre ellos una reforma de la Ley Orgánica del Consejo de Estado para que el Ejecutivo se adhiera “al liderazgo y las instrucciones” del Partido.
La institución deberá a partir de ahora “proteger decididamente la autoridad y el liderazgo unificado del Comité Central del PCCh”, encabezado por el presidente chino, Xi Jinping, también secretario general de la formación, y “cumplir sus deberes de acuerdo con la Constitución y otras leyes”.
Pérdida de importancia de la figura del primer ministro
Según los expertos, la reforma cristaliza la pérdida de importancia de la figura del primer ministro, cargo que ocupa Li Qiang desde el pasado marzo, y el mayor afianzamiento de la autoridad de Xi.
“Lo que nos ha ofrecido este cónclave es su propia pérdida de valor, del acontecimiento en sí -que cotiza a la baja en la política china en cuanto a significado-, y del propio primer ministro. Su antecesor -Li Keqiang, fallecido el año pasado- intentaba crear un espacio propio para el Consejo de Estado.
Li Qiang tenderá a confundir el espacio del Partido y del Estado”, afirma a EFE Xulio Ríos, del Observatorio de la Política China.
Cancelación de la rueda de prensa del jefe del Ejecutivo
La reforma llega días después de que la ANP anunciase la cancelación de la tradicional rueda de prensa que ofrecía el jefe del Ejecutivo chino desde hace tres décadas, en un momento en que inversores y analistas esperaban claridad sobre la hoja de ruta del país para este año.
Para Ríos, se ha pasado “de la búsqueda de una separación efectiva y eficiente” a un Ejecutivo que servirá como mero instrumento para poner en marcha las políticas del Partido.
La seguridad, primero
El dominio del PCChh sobre la política china será más sólido y sigue a las proclamas de los funcionarios de “garantizar la seguridad nacional” con la promesa de promulgar leyes que mejoren su capacidad y tras ampliar la ley de secretos de Estado para incluir secretos laborales en información ya de por sí restringida.
“Todo esto tiene varias dimensiones y es especialmente relevante la seguridad política interna. Además, la reconversión económica en curso puede derivar en conflictos sociales de diferente intensidad”, comenta Ríos.
Una cita que ha durado una semana
La cita arrancó el lunes pasado con un ambicioso objetivo de crecimiento del 5 % y el reconocimiento de problemas como la caída de la demanda exterior en un marco de falta de demanda nacional, la crisis inmobiliaria, el endeudamiento de los gobiernos locales y regionales o el impacto de desastres naturales, a lo que hay que sumar el creciente problema de natalidad del país.
En la clausura, el presidente de la ANP, Zhao Leji, apeló a “concentrar esfuerzos” y a “unirse en torno a Xi” para superar todas estas dificultades “con un espíritu de sacrificio”.
No será con grandes paquetes de estímulo -de momento, la apuesta es por rebajar las reservas obligatorias a la banca e inyectar dinero al mercado- para evitar endeudar aún más a los gobiernos globales.
Según Ríos, es una meta de crecimiento “razonable y necesaria”, aunque cree que les va a costar: “Al final, las medidas de estímulo serán imprescindibles, sobre todo si persiste un entorno exterior turbulento con sus principales socios comerciales”.
“Y todo indica que así será”, asegura.
Mirada en las elecciones en EE. UU
Al margen, gozaron de protagonismo en este cónclave las bautizadas por Xi como “nuevas fuerzas productivas”, en referencia a la apuesta por la innovación en energías limpias, vehículos eléctricos, inteligencia artificial o semiconductores.
Por último, el experto anota que China buscará estabilidad en un contexto de “significativa dependencia del exterior”, con lo que apostará por abrir camino “sin sobresaltos”, “sobre la base que ha ido creando en estos últimos años”, y a la espera de las elecciones que celebra Estados Unidos el próximo noviembre.