A escondidas No señor presidente

En la penumbra de la diplomacia y la gestión pública, surgen interrogantes que demandan luz sobre el intento de apertura de una oficina de la Organización Internacional para las Migraciones
Oficina OIM en Punta Cana.

En la penumbra de la diplomacia y la gestión pública, surgen interrogantes que demandan luz sobre el intento de apertura de una oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Punta Cana, la cual, en sus palabras, “se encargaría de proporcionar orientación gratuita a migrantes de todas las nacionalidades que residen en la zona en relación con procedimientos y trámites migratorios en el marco de las leyes dominicanas“.

Es bueno señalar que, la gran mayoría de los migrantes que allí residen son haitianos, trayendo con ello una serie de preguntas que no dejan bien parada la presente administración del presidente Abinader, ya que la misma se ha caracterizada por el encubrimiento de medidas contrarias al interés del pueblo dominicano en relación a nuestra política exterior con el vecino país Haití

Sentadas las bases de nuestras inquietudes, es por ello que en el marco de la situación actual, la cual ya es viral en todo el territorio dominicano, nos hacemos las siguientes preguntas, las cuales procuran orientar a toda la sociedad dominicana en relación a dicha injerencia de nuestra soberanía:.

¿Qué inauguraría la ONU en Punta Cana? Un proyecto de la OIM para asistir a migrantes, con énfasis en la comunidad haitiana.

¿Quién lo autorizó? La Organización Internacional para las Migraciones OIM, con la ayuda, oculta, de algunos funcionarios de este gobierno que no han dado la cara por el momento.

¿Hay alguien mintiendo o con doble moral? La transparencia se desvanece cuando las acciones no reflejan las palabras. La cancelación del centro y la comunicación opaca sugieren un juego de sombras, donde las verdaderas intenciones se ocultan tras cortinas de humo, lo cual ha caracterizado al gobierno de Luis Abinader. 

¿Seguimos jugando a las escondidas? El intento de apertura de una oficina para asuntos migratorios en nuestro suelo al igual que la construcción de un canal por parte de Haití, para proveerle de agua a los agricultores haitianos de la zona, nos parecen el resultado de decisiones tomadas lejos del ojo público, distrayendo de los problemas cotidianos de los dominicanos.

La relación entre la República Dominicana y Haití, marcada por la forma poco transparente que nuestras autoridades han manejado dichas relaciones nos hacen invocar la canción “A escondidas“, la cual refleja lo podrida y degenerada que esta nuestra política exterior con el vecino país, la cual solo busca, en estos momentos mantener la narrativa del Cuco haitiano.

A fin de cuentas, esa narrativa solo pretende ganar simpatía en la población dominicana, pero que en la práctica favorece la estadía e incursión de millares de haitianos, no solo de su clase más paupérrima ataviada con los elementos más profundos del Budú, creencia traída de su madre tierra Africa (Benín), sino también de un brazo poderoso, de su oligarquía que se ha aliado a este gobierno y está enquistada en nuestra sociedad como cáncer silente que va minando un órgano hasta hacer metástasis de forma silenciosa y terminar con nuestra identidad como dominicanos.

Es por ello que desde esta redacción le decimos “A escondidas No” señor presidente Luis Abinader.

Redacción
Author: Redacción

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