Por Greydi Ramos E.
CRDmedia
Después de las traumáticas elecciones del año 2020, que dieron ganador al actual presidente, reelecto recientemente, Luis Abinader y que gracias a Dios contra todo pronóstico al final pudimos salir con bien, muchos dominicanos arropados por el pesimismo entendíamos que nunca más volveríamos a tener un organismo comicial confiable. Para nadie es un secreto que aquella otra junta dirigida por Castaños Guzmán carecía de total imparcialidad y dependencia, principales características por la que debería estar revestido este importante organismo electoral.
Aquella otra junta se manejaba de manera dictatorial y totalmente opuesta al consenso de los partidos políticos, actuantes principales de los procesos democráticos. Esa misma junta, aliada descaradamente al gobierno de entonces, que impuso contra toda opinión un voto automatizado con el que nos colocó en las puertas de una crisis democrática electoral sin precedentes en febrero 2020, y que gracias a Dios y a un sin número de valientes dominicanos que se manifestaron en la plaza de la bandera, se pudo salvar el proceso y la celebración de unas nuevas elecciones municipales y posteriormente presidenciales.
Da grima recordar aquel proceso, que como dijera al principio, llevó a que muchos dominicanos arropados por la desconfianza, creíamos que se habían trazado las pautas para que ese órgano electoral jamás sirviera ni volviera a funcionar.
Pero como decía mamá, la fiebre no está en las sabanas y la realidad es que así como hay personas que van a las instituciones a cagarla, como se dice vulgarmente, existen esos otros personajes cuyos talentos y capacidades, respeto a las leyes, transparencia y el alto compromiso con la honorabilidad y la responsabilidad, van a las instituciones y tan pronto llegan las honran con su presencia y la calidad de su trabajo; como lo han hecho recientemente el honorable magistrado Román Andrés Jáquez Liranzo y los demás miembros titulares de la JCE, los magistrados Rafael Armando Vallejo Santelises, Dolores Altagracia Fernández Sánchez, Patricia Lorenzo Paniagua y Samir Chami Isa, así también como el director de elecciones; Mario Nuñez.
Bajo la dirección de estos distinguidos y muy apreciados funcionarios, la Republica Dominicana pudo celebrar un proceso democrático histórico, una verdadera fiesta democrática, donde como nunca antes visto, a horas de haber terminado el transparente proceso electoral los principales líderes políticos opositores asumían y reconocían al ganador del proceso, el reelecto presidente Luis Abinader, a quien también llamaron para felicitarlo por su triunfo. Triunfo que al final es de todos los dominicanos.
Si bien es cierto que como estado nuestras instituciones no han alcanzado la perfección absoluta y que en nuestros procesos democráticos resaltan también algunas muy marcadas debilidades, es mucho más cierto que seguimos avanzando por el camino hacia la perfección y el reciente proceso de mayo 19 es la prueba fehaciente de que cuando se impone la voluntad, la capacidad, seriedad y responsabilidad de grandes dominicanos, damos pasos agigantados hacia una verdadera institucionalidad de nuestra amada patria República Dominicana.
Author: Redacción
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