Por Billy Graham Castillo
CRDmedia
Siempre hemos escuchado la frase: a los presidentes no se le dice que no. Sin embargo, en el marco de la convocatoria para conversar con el liderazgo nacional, la cual se le hizo al presidente del Partido Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, ha sido imperativo decirle que no a la invitación del presidente Luis Abinader. Explicamos las razones que entendemos se debe tal invitación.
Séneca decía que todo poder excesivo dura poco. El presidente, al darse cuenta de que tiene todo el poder para ejecutar todas las decisiones sin necesidad de dialogar, usa la estrategia de distraer de lo importante para aparentar que se gobierna con la aprobación del liderazgo nacional. Para reuniones del liderazgo nacional se debe primero ir a la Constitución dominicana en su artículo 251 que establece la creación del Consejo Económico y Social. Además, debe regirse por la No. 142-15 que instituye dicho consejo con la finalidad de haya concertación social es un instrumento esencial para asegurar la participación organizada de empleadores, trabajadores y otras organizaciones de la sociedad en la construcción y fortalecimiento permanente de la paz social como mandato constitucional.
La decisión de la Fuerza del Pueblo posponer la reunión con el presidente Abinader es correcta porque es notable que se da por dos características esenciales en el juego de poder:
1- Control de la Narrativa: Al invitar a la oposición a conversar, el presidente podría estar tratando de controlar la narrativa y presentarse como un líder abierto al diálogo y la cooperación.
2- Legitimidad y Apariencia: Invitar a la oposición a conversar podría ser una estrategia para legitimar su gobierno ante la comunidad internacional o incluso dentro del país. Al mostrar que está dispuesto a escuchar y debatir, el presidente podría ganar puntos en términos de imagen y credibilidad.
La oposición debe jugar su rol de ser gobierno sombra, porque la concentración de poder que tendrá el actual gobierno cuando asuma su segundo mandato, debe tener un muro de contención que vele por los intereses de los dominicanos ante cualquier arbitrariedad. Decía el poeta español Antonio Gala que al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra. El partido de la Cayena lo único que le queda es crecer. Ya consolidado como líderes absolutos de la oposición, no pueden caer en esos juegos manipuladores del poder que solo intentan detener el crecimiento.
Lo sentimos Sr. presidente. Haga uso de todo el poder que el soberano le ha otorgado para seguir dirigiendo los destinos de la tierra colocada en un inverosímil archipiélago de azúcar y alcohol, como diría el poeta nacional. Enfóquese en ello, mientras desde el verde de la esperanza se construye la fuerza de los dominicanos, La Fuerza del Pueblo.