Por Redacción
CRDmedia
En el complejo escenario político y social de Venezuela, es crucial entender que no existe un contendiente perfecto ni una guerra perfecta. Todo depende de las circunstancias en las que nos encontremos. Lo que sí debemos tener claro es que no es lo mismo luchar por tu existencia a luchar por ganar una batalla. Esta es la condición en la que se encuentra el chavismo en Venezuela. El chavismo lucha por su existencia, ya que de entregar el poder serán exterminados del espectro de la política venezolana para nunca mas volver, debido a la amarga experiencia que vivió dicho país bajo su régimen despótico y cruel.
Partiendo de esta premisa, debemos reconocer que, si el mundo libre desea restaurar la democracia en el país con la reserva de petróleo más grande del mundo, no puede permitir que continúe en manos de un régimen autoritario. Es esencial que el mundo libre comprenda esta realidad, ya que dichos regímenes no siguen ni se someten a las reglas del juego de los países democráticos. En estos regímenes, no existen las fuerzas del mercado ni el respeto a los derechos humanos. Solo existe la voluntad del dictador.
Por lo tanto, el mundo libre debe entender que, por más que se abogue por una salida pacífica del régimen dictatorial de Nicolás Maduro, esta es casi imposible. La reciente respuesta contundente de Rusia, con el envío del buque escuela ruso Smolniy a La Guaira, deja entrever que apoyan hasta las últimas consecuencias dicho régimen.
Continuar por el camino de las negociaciones y el consenso internacional solo le dará tiempo al régimen para que convoque a sus orcos defensores: Rusia, Irán, China y Nicaragua; de los cuales, ya dos de los mencionados tienen presencia en suelo venezolano, con miembros de Hezbolá y el grupo Wagner.
Si el mundo libre desea salvaguardar la reserva de petróleo que posee este país hermano, evitando que todos esos recursos caigan en manos de esos megalómanos, los cuales usaran dichas riquezas para enseñorearse sobre los demás consolidando y promoviendo su régimen de crueldad y terror para el beneficio de una pequeña clase, entonces deben actuar de forma rápida y certera, YA!.
Es imperativo que las naciones democráticas tomen medidas decisivas para enfrentar esta situación. La inacción solo prolongará el sufrimiento del pueblo venezolano y permitirá que el régimen autoritario se fortalezca aún más. La restauración de la democracia en Venezuela no solo es una cuestión de justicia, sino también de estabilidad regional y global.
Author: Redacción
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