El poder de la palabra empeñada en el ámbito político

Por Billy Graham Castillo
CRDmedia

La política es el proceso de asignación de poder en las instituciones del Estado. Las relaciones de poder se basan en gran medida en la capacidad para modelar las mentes construyendo significados a través de la creación de imágenes. (Castells, 2009). Resulta interesante que el autor coloca la política como un proceso de designación de poder. Por igual, plantear que dicho poder para modelar los individuos, desde el punto de vista de la manipulación y del seguimiento de órdenes, es aterrador.

Recientemente el estado dominicano a establecido la deportación de 10,000 haitianos semanalmente como política migratoria. Según comunicado leído por el vocero de presidencia y recogido en prensa nacional, El operativo busca reducir el exceso de población migrante que se percibe en las comunidades dominicanas. En un país lleno de personas de color (morenitos) que una política pública sea dirigida a disminuir percepción sale de los objetivos reales que debe plantearse la crisis migratoria.

Ha sido conferido el poder a las instituciones pertinenetes para, no solo deportar, en primer paso, disminuir la percepción. El poder de la palabra empeñada, del estado como institución, es por igual la palabra del presidente. Esto tiene implicaciones como:

Las relaciones de poder: la palabra del presidente es palabra de Dios para los militares que ejecutan la política púbica. Eso es señor si señor y mediar palabras, solo ejecutar lo dicho. A los jefes no se le cuesttiona, solo se le da lo que piden (reducir el exceso de población migrante que se percibe)
Modelar las mentes: la divición de prohaitianos y nacionalistas es tan preocupante como la migración en si o peor. Anunciar la deportación de dicha cantidad de personas en tiempo tan corto, es solo crear percepción de que se hace lo que la circusntancias ameritan, pero no. Solo se modela la mente para calmar al grupo de los dos mencionados que representa más peligro para el orden público.
La creación de imágenes: entrar a un barrio a recoger inmigrantes haitianos es revivir la imagen de la camiona. Una imagen de terror para todo el de piel oscura. Cuando se pretende disminuir la percepción de migrantes, la camiona solo sabe recoger los morenitos en las calles. No ve documentos pues los documentos no ayudan con la percepción que se pretende disminuir. La camiona es el aviso de que, sin importar si eres dominicano, haitiano, tienes que salir corriendo para evitar la detención, aunque luego se resuelva lo legal en los centros de detención. De igual forma, esto puede servir como excusa para detener los grupos de personas que defienden los derechos humanos pero que tienen tez oscura.

Las políticas estatales no pueden tomarse para mitigar percepción, se toman para dismuir estadisticas, datos duros. Cuando se hace desde la mirada que ha planteado el gobierno, se convierte en populismo de estado que a la larga puede salir más caro.