Por Albin Cepeda
CRDmedia
En los últimos días, hemos sido testigos de una sorprendente ola de críticas hacia el presidente Luis Abinader por parte de comunicadores que, hasta hace poco, parecían ser sus más fervientes defensores. Salvador Holguín, Nuria Piera y doña Alicia Ortega, entre otros, han lanzado fuertes ataques que algunos interpretan como un cambio de postura. Sin embargo, detrás de estos movimientos podría haber razones menos altruistas y más vinculadas a intereses personales.
La reforma fiscal que no fue
El punto de inflexión parece haber sido el rechazo del pueblo dominicano a la reforma fiscal que el presidente intentó impulsar. Al ser desechada esta medida, el gobierno ha enfrentado una evidente reestructuración financiera, que ha incluido recortes presupuestarios en varias áreas. En medio de estas medidas, ha surgido información que apunta a que muchos comunicadores que tradicionalmente han defendido al gobierno no han visto renovados sus contratos, mientras que otros se encuentran en una situación incierta.
Ataques estratégicos
Las recientes críticas de figuras como Holguín, Nuria y Alicia no parecen ser coincidencia ni un despertar de conciencia en favor del bien común. Más bien, se perciben como una estrategia para presionar al presidente Abinader a renovar los jugosos contratos que, según se comenta, han disfrutado desde el inicio de su gestión. Estos comunicadores, otrora aliados, parecen haber ajustado su narrativa no por convicción, sino por conveniencia.
El pueblo, el juez final
A pesar de los cambios en el discurso de estos comunicadores, el pueblo dominicano ya ha demostrado que está atento y dispuesto a frenar medidas que considere perjudiciales. Ahora, el reto está en discernir entre las críticas genuinas y las motivadas por intereses personales.
En un escenario donde el poder y la influencia mediática están tan entrelazados, el verdadero juicio vendrá de la ciudadanía, que sigue observando con ojo crítico tanto al gobierno como a quienes pretenden representarlos desde los medios.