Desde hace unos años acostumbro en la época navideña entrar en un espacio de paz y recogimiento y autodeclaro una tregua, e donde destino mis intervenciones a promover la festividades y lo académico, pero el pasado viernes nuestro Tribunal Constitucional me obligo a romper momentáneamente “la tregua”, debido a que valido nuestra postura constante que iniciamos hace tres Años en relación a la ley que crea la Dirección Nacional de Inteligencia, institución que conocí con apenas unos 13 o 14 años cuando mi tío el mayor General Ramon Alcides Rodriguez Arias, asumió la dirección del temido Departamento Nacional de Investigaciones, transformándolo, democratizándolo e iniciando el proceso de reforma del principal órgano de la seguridad de Estado: EL DNI.
El martes, 20 de julio 2021, me convertí en el primer dominicano que de manera publico cuestionó en un artículo titulado “Seguridad nacional, el consejo y la necesaria legislación”, la infuincionalidad del proyecto de ley que buscaba modificar la antigua ley 857 del departamento nacional de Investigaciones (DNI), desde entonces inicie una cruzada tanto en mis intervenciones en la prensa, así como en peñas, en el centro de análisis y debates en materia de seguridad y defensa del país “el Observatorio de Seguridad y Defensa RD” y en el espacio de mayor análisis jurídico La tertulia jurídica, desde entonces establecí que esa ley no satisfacía el mandato constitucional de organizar el Sistema Nacional de Inteligencia, ni adecuaba el antiguamente temido DNI, a su rol actual y constitucional”.
Luego de promulgada la ley, la legión de “sabelotodo” cobijados bajo la titulación inexistente de expertos, iniciaron una rondalla itinerante de críticas a la ley 1-24, en lugar de enfocarse en aspectos relevantes y significativos, como los aspectos organizativos y operacionales del Sistema, la vinculación del órgano con el Consejo de Seguridad y Defensa, entre otras cosas, como desconocedores de la Seguridad Nacional, salvo excepciones, decidieron atacar la ley de la DNI, siendo simplistas en sus críticas y en cuestiones superficiales relacionadas con los derechos fundamentales, que en si no vulnera la ley. Estos vividores de la institucionalidad, optaron por desviar la atención de lo realmente importante: contribuir al debate constructivo y aportar soluciones efectivas, en relación a la seguridad Nacional, se dedicaron a trivialidades que aportaron muy poco a la discusión, diferente a un servidor que vaticinó en abril del presente año en una intervención titulada “No olvidemos la DNI: Su dependencia y la modificación de los artículos del conflicto”, ” que la anulada ley tal como dijo el Tribunal Constitucional no vulneraba derechos fundamentales como se decía, porque sujetaba las actuaciones de la principal agencia de inteligencia a los formalismos legales y tampoco obligaba a ser chivato o calie..
Mis críticas y la de unos 3 colegas nuestros, fueron escuchadas por pocas personas, quienes decidieron hacer nada sobre lo que proponíamos para darle al país una pieza legislativa efectiva y sin ruidos; y nosotros seguíamos como Montesinos clamando en el desierto, hoy en día la decisión del Tribunal Constitucional de anularla me hace sentir que el tiempo me dio la razón,
Mis análisis no eran infundados, tampoco actué como un gallo loco, sino como un profesional de los derechos humanos, la seguridad y defensa, además un conocedor del sistema nacional de inteligencia orgánica, practica y filosóficamente hablando, por lo que podre decir como dijo el Presidente Fidel Castro, en su famoso alegato de defensa luego del asalto al cuartel Moncada “la historia me absorberá” y recordará que no me callé y advertí que la ley era inconstitucional no por violar derechos Fundamentales sino por la forma de aprobación y no cumplir el mandato constitucional de organizar el Sistema
En definitiva, el fallo del Tribunal Constitucional, no es una victoria ni derrota para ningún sector, más bien es una oportunidad para que realmente se conforme una comisión de técnicos que pueda producir una propuesta legislativa que cumpla con la deuda constitucional de organizar el Sistema Nacional de Inteligencia, además adecuar el departamento Nacional de Investigaciones (DNI) a ser la Dirección Nacional de Inteligencia,
Quizás ahora los tomadores de decisión procedan a crear una comisión de técnicos profesionales de la cual salga una propuesta interesante y que la misma no este contaminada por los vividores de siempre, mientras tanto seguiré como Montesinos con una voz que clama en el desierto, recuerden que advertí que todo esto pasaría y no me escucharon, Ojala no se dejen llevar de canto de sirena y escuchen con atención como lo debieron hacer aquella vez