
Washington (EFE).- El presidente estadounidense, Donald Trump, descartó este martes que Estados Unidos vaya a entrar en recesión y aseguró que, por el contrario, el país «va a experimentar un gran auge», un día después de que Wall Street registrara una fuerte caída a la que hoy el republicano restó importancia.
«No lo veo en absoluto. Creo que este país va a experimentar un gran auge», afirmó al ser preguntado por una periodista en la Casa Blanca sobre la posibilidad de una recesión económica.
Sus declaraciones contrastan con las que hizo en una entrevista emitida el domingo por la cadena Fox News, en la que evitó prever si sus medidas económicas —centradas hasta ahora en una oleada de anuncios sobre aranceles— derivarán o no en una recesión, lo que generó nerviosismo en los mercados y provocó la caída de Wall Street el lunes.
Además, Trump restó importancia a ese desplome, el mayor registrado desde su regreso al poder el pasado 20 de enero, al afirmar que es algo normal porque los mercados experimentan altibajos.
«Van a tener caídas y los mercados van a subir y bajar. Pero ¿saben qué? Tenemos que reconstruir nuestro país», afirmó el mandatario.
Trump ve la caída en Wall Street como muestra de «transición»
Más temprano, la Casa Blanca dijo, en la misma línea de Trump, que la caída en la bolsa se trató de un «retrato de un momento en el tiempo» y no el reflejo del estado general de la economía estadounidense.
En rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien atribuyó el desplome a un «proceso de transición» desde lo que calificó como la «pesadilla económica» del Gobierno de Joe Biden (2021-2025) hacia la «edad dorada de la manufactura estadounidense» que, a su juicio, está impulsando Trump.

«En lo que respecta al mercado de valores, las cifras que vemos hoy, las que vimos ayer y las que veremos mañana son un retrato de un momento en el tiempo», defendió Leavitt.
La portavoz repitió casi literalmente las palabras que utilizó Trump la entrevista con Fox News, en la que el mandatario defendió que Estados Unidos atravesará un «periodo de transición» mientras sus políticas empiezan a surtir efecto.
La víspera, los principales índices de Wall Street registraron su peor jornada desde que Trump volvió al poder y el S&P 500, que alcanzó un máximo histórico a mediados de febrero, se desplomó un 2,7 %, el Nasdaq cayó un 4 % y ambos cerraron en su nivel más bajo desde septiembre. Además, el Dow Jones cerró con un descenso de 890 puntos, un 2,1 %.
Los descensos en la Bolsa de Nueva York se repitieron este martes, aunque menos pronunciados, y el el Dow Jones, su principal indicador, cerró con una caída del 1,14 %, el S&P 500 lo hacía en un 0,75 % y el Nasdaq perdió un 0,18 %.
Culpa a Biden de la inflación
Trump defendió que durante su primer mandato (2017-2021) la economía estadounidense estaba en buena forma, a pesar de que en su última etapa sufrió graves estragos por la pandemia, y culpó al expresidente Biden, del actual contexto inflacionario.
«Biden nos dejó una economía horrible. Nos dejó una inflación terrible, y creo que el mercado iba muy, muy mal», arremetió.

El mandatario hizo esas declaraciones mientras, junto al magnate Elon Musk, supervisaba cinco vehículos eléctricos de Tesla —incluido un Cybertruck— en los jardines de la Casa Blanca.
Trump ha expresado su intención de comprar uno de esos vehículos para mostrar su apoyo a Musk, después de que las acciones de Tesla hayan perdido más del 50 % de su valor desde su pico de diciembre, debido a la oposición que han mostrado algunos clientes a la labor del consejero delegado en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, en inglés).
Antecedentes de la política de aranceles
Durante su primer mandato, Trump llegó a ceder en algunas de sus amenazas arancelarias tras desplomes en los mercados, pero en esta ocasión no ha dado señales de retractarse.
El mandatario ha defendido reiteradamente los aranceles, que ha calificado en varias ocasiones como «la palabra más hermosa del diccionario».
Trump tiene previsto imponer, a partir de mañana miércoles, un gravamen del 25 % a las importaciones de acero y aluminio de todos los países, lo que afectará especialmente a Canadá y México, principales exportadores de metales a EE.UU., además de otras naciones como Brasil, Japón, el Reino Unido o la Unión Europea.
En el caso de Canadá, sin embargo, Trump anunció este martes que el arancel será del 50 % para el acero y el aluminio procedentes de ese país.