La llegada del jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, al Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA) estuvo envuelta en un aura de extrañeza. Sin el acompañamiento de altos funcionarios ni una bienvenida protocolar tradicional, su recepción se limitó a la presencia del director de Ceremonial de Estado y Protocolo, Francisco Cantizano, sin la participación de figuras de alto rango militar o gubernamental en las fotografías oficiales.
Este ambiente de hermetismo se mantuvo durante toda su estancia en Santo Domingo, en lo que representó la primera vez que un canciller ruso visitaba República Dominicana. No hubo actos públicos con acceso a la prensa, y aunque estaba prevista una reunión con el presidente Luis Abinader, esta fue excluida de la agenda oficial.
Una visita discreta en el marco del aniversario diplomático
Lavrov arribó a República Dominicana para conmemorar el 80 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países, establecidas el 8 de marzo de 1945. Además, su visita coincidió con la inauguración de la Embajada de Rusia, una misión sin domicilio físico pero con personal encabezado por Alexey Seredin.
La visita culminó con un breve encuentro en el Palacio Nacional, donde Lavrov fue recibido sin mayores honores. La reunión, que duró aproximadamente 30 minutos, fue reflejada únicamente en fotografías de un apretón de manos entre el canciller ruso y el mandatario dominicano. Según fuentes oficiales, se discutió la historia de las relaciones bilaterales y la importancia de fortalecerlas, aunque ningún funcionario emitió declaraciones a la prensa tras el diálogo.
Declaraciones limitadas y objetivos bilaterales
El canciller ruso realizó una exposición en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, en la que calificó a República Dominicana como un “socio prometedor” en América Latina y el Caribe. También anunció trabajos bilaterales para la eliminación del visado como medida para impulsar el turismo y los preparativos para reanudar vuelos directos entre ambos países. Además, expresó gratitud por el apoyo de República Dominicana a las resoluciones rusas en la Asamblea General de la ONU.
En respuesta, el canciller Roberto Álvarez enfatizó que República Dominicana está “fielmente comprometida con la paz y la seguridad internacional”, un mensaje que cobra especial relevancia en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, conflicto que ha sido condenado por el gobierno dominicano.
Un marcado contraste con la visita de Marco Rubio
La discreción y cautela que rodearon la visita de Lavrov contrastan con el trato protocolar que recibió el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, en su visita oficial en febrero.
Rubio fue saludado en el aeropuerto por Roberto Álvarez tan pronto aterrizó y tuvo una agenda completamente diferente. Su periplo incluyó una reunión privada con Abinader, un almuerzo diplomático en el Salón Verde del Palacio Nacional y una comparecencia pública ante los medios de comunicación en el Salón de Embajadores.
El contenido de la agenda de Rubio también fue más estructurado, abarcando temas específicos como:
- Tierras raras y extracción de minerales, con colaboración de Estados Unidos.
- Migración haitiana ilegal y posibles soluciones.
- Generación de energía para Puerto Rico.
El tono de ambas visitas evidencia una diferencia en las relaciones diplomáticas de República Dominicana con ambas potencias. Mientras con Rubio se discutieron proyectos concretos, la visita de Lavrov se enfocó en un mensaje más diplomático y protocolar.
Despedidas y seguridad diplomática
Incluso la despedida de ambos funcionarios reflejó diferencias significativas. Rubio salió del país bajo una escolta de al menos 15 vehículos, rodeado de agentes de seguridad y presencia policial. En contraste, la salida de Lavrov se produjo sin detalles de seguridad especiales, con una confirmación oficial sin mayores despliegues por parte de la Cancillería.
La visita de Serguéi Lavrov a República Dominicana dejó interrogantes sobre la postura diplomática del país respecto a Rusia. La discreta recepción, la ausencia de declaraciones y el limitado acceso a la prensa contrastaron fuertemente con la amplia cobertura y protocolo otorgado a Marco Rubio.
Este episodio refleja cómo los matices en la diplomacia pueden influir en la percepción internacional y las relaciones bilaterales. ¿Fue una estrategia diplomática o simplemente un reflejo del contexto político global?
Author: Redacción
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