
Una nutrida delegación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que visitó una de las zonas afectadas por la extracción indiscriminada de arenas y material gravoso en el afluente.
Granceras y depredadores ambientales siguen operando en el cauce del río Nizao, matando su existencia cotidianamente, como si las leyes medioambientales fueran inexistentes en el país.
Esta fue la opinión ayer jueves de una nutrida delegación del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que visitó una de las zonas afectadas por extracciones indiscriminadas de arenas y material gravoso.
Coincide en sus denuncias el PLD con las quejas recientes del obispo de la Diócesis Baní, Ocoa y San Cristóbal, Faustino Burgos Brisman, y las del director de la junta distrital de Las Barias, Jesús Marte, sobre este mismo daño ecológico al río Nizao
Con motivo al Dia Internacional del Medio Ambiente una comisión del PLD, encabezada por su secretario general, Johnny Pujols, y el secretario de Medio Ambiente, Alfonso Ureña, se trasladaron la mañana de ayer a la zona de balneario del río Nizao, ubicado al norte de este afluente, conocida como La Neverita.
Manifiesto
Los comisionados, una vez localizados en ese lugar, leyeron un manifiesto que denuncia una vez más el daño irreversible que las granceras y las decenas de camiones volteos que penetran hasta el mismo lecho de este río todos los días, están causando, a “los ojos de las autoridades responsables de parar este daño medioambiental, sin que estas muevan un solo dedo”, señalan.
Explican en su denuncia que el río Nizao es un símbolo de vida, “pero también un testigo silencioso de los abusos y el abandono al que han sido sometidos nuestros recursos naturales”.
Esta es la quinta conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente bajo esta gestión gubernamental, exponen, y lo que salta a la vista son las constantes extracciones ilegales de sus arenas y material gravoso, a plena luz del día.
Cauces alterados
También hace referencia el documento leído por su secretario general, Jhonny Pujols, a sus cauces alterados por maquinarias pesadas dejando solo un río reducido a zanjas y comunidades afectadas por la pérdida del recurso más vital, el agua.
Ante los ojos de todas las comunidades, circundantes las granceras y depredadores ambientales siguen operando como si la ley no existiera, aseguran.
En la lectura del documento que asume el PLD, como organización política opositora, estuvieron presentes también, entre otros miembros; Zorayma Cuello, vicepresidenta del PLD, Ivan Lorenzo vicepresidente, los miembros del Comité Político Diego Aquino, Julio César Diaz, presidente del PLD San Cristóbal, así como varios miembros del Comité Central y varios comunitarios.
Ante esta realidad el manifiesto ambiental del PLD se pregunta, ¿dónde está el Estado?
No se entiende, afirman, que el río Nizao, con una cuenca de más de 1,000 kilómetros cuadrados, es estratégico para el abastecimiento de agua potable a más de 1.7 millones de dominicanos, incluyendo el 40 % del Gran Santo Domingo, sea depredado de esta manera ante la indiferencia gubernamental.
Irrigación
Jesús Marte, director de la junta distrital de Las Barías, una comunidad bordeada por el río Nizao, destacó recientemente en medios locales de la televisión banileja las cualidades de las aguas de este río, al indicar que sus aguas irrigan alrededor de 14,000 hectáreas agrícolas en Peravia y San Cristóbal.
Alberga también, más de 340 millones de metros cúbicos de agua entre sus embalses, permitiéndole generar, por este gran complejo hidroeléctrico, aproximadamente 202 megavatios de energía limpia.
Sin embargo, indica Marte, que fruto del socavamiento permanente de su lecho y sus riveras, este río está en peligro de desaparecer y amenaza con “desaparecer también nuestra comunidad, la que asegura a perdido ya, en los últimos años, unas 2 mil tareas de terrenos agrícolas.
Al coincidir con las declaraciones del síndico de Las Barias, en la utilidad de las aguas del río Nizao y los daños que este recibe, el PLD, expresa que, sin embargo, “este importante afluente de agua está amenazado, ya que su caudal ha sido intervenido y su entorno, degradado”, de forma sostenida.
El saqueo
Dicen que, frente a este gravoso daño, las autoridades miran hacia otro lado mientras sus depredadores lo saquean, “incluso con recientes denuncias de extracción en su cuenca alta en Rancho Arriba, San José de Ocoa”.
Fuerte crítica
Recientemente sobre este mismo ilícito medioambiental, el obispo de la Diócesis Baní, Ocoa y San Cristóbal, Faustino Burgos Brisman, criticó acremente las extracciones del material gravoso y arenoso que compañías de las Industria de la construcción realizan “diariamente” en este importante rio de la región sur del País, afectando su lecho de forma dañosa.
Un atentado
Frente a estas malas prácticas que socaban de forma violenta el lecho de este río, Burgos Brisman, se queja firmemente ante lo que considera un verdadero atentado que pone en riesgo la existencia de este acuífero que irriga miles de tareas en predios agrícolas de esta demarcación sureña.
Fustigó con severidad, el obispo de Baní, en una amplia nota enviada a este diario, “que el Ministerio de Medio Ambiente esté con los ojos vendados frente a la extracción de agregados en la cuenca del río Nizao”.
Lamenta lo doloroso que resulta para él cuando tiene que desplazarse a la ciudad capital y ver camiones que salen de la cuenca este río “y se desplazan chorreando agua por las cargas de arena que transportan”, recién sacadas de su lecho.