
En un comunicado público emitido este 18 de junio, la familia Espaillat se pronunció oficialmente por primera vez tras la trágica caída del techo en el club nocturno Jet Set, ocurrida el pasado 8 de abril y que dejó como saldo varias víctimas mortales y decenas de heridos. Después de dos meses de silencio, la familia argumenta que ha actuado con “respeto al dolor ajeno” y con “prudencia ante el proceso judicial en curso”, pero considera urgente aclarar lo que califican como “versiones inexactas” difundidas en los medios de comunicación.
Según el documento, Antonio Espaillat, propietario del emblemático establecimiento, se encontraba fuera del país en una actividad internacional previamente agendada al momento del colapso, y regresó de inmediato a República Dominicana tras ser informado de los hechos. Desde entonces, ha estado plenamente disponible para las autoridades y ha cooperado con cada requerimiento judicial.
La familia destaca que se solicitó el secuestro formal del inmueble para preservar la evidencia estructural, se propuso la participación de expertos internacionales como el ingeniero Nicolás Saenz (de la firma Thornton Tomasetti) y se entregaron más de 100 documentos como parte de la defensa, entre ellos pasaportes, certificados laborales, actas médicas y registros de arraigo familiar.
Asimismo, se informó que desde el 1 de mayo habilitaron un canal público de asistencia a las víctimas y que, sin publicidad ni condiciones, han suscrito más de 40 acuerdos de compensación económica con familiares de fallecidos, heridos y músicos afectados por el suceso. Estas acciones, según aseguran, han sido realizadas con “humanidad y sentido de responsabilidad moral”.
En medio del proceso judicial y de las acciones legales por parte de los familiares de las víctimas, la familia Espaillat insiste en que no busca protagonismo ni validación mediática, sino que siente el deber de “compartir su versión, con documentos en mano”, y permitir que el país conozca su postura basada en hechos, no en especulaciones.
El comunicado concluye con un llamado a la justicia y a la verdad: “No pedimos indulgencia ni exoneraciones, solo que los hechos hablen y que el dolor no se manipule”. La familia anunció que ha puesto a disposición de los medios y del tribunal competente un inventario probatorio detallado que desmonta, según ellos, las versiones sin fundamento que han circulado públicamente.