
Santo Domingo, R.D. — En un giro político que ha generado revuelo en círculos gubernamentales, el presidente Luis Abinader ha designado al economista Magín Díaz como nuevo ministro de Hacienda mediante el decreto 386-25. Lo que ha desatado comentarios encendidos en redes y pasillos políticos no es solo el nombramiento, sino el perfil del funcionario: Díaz fue una figura clave durante los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
El anuncio fue realizado por el propio Magín Díaz a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), donde expresó agradecimiento por la confianza depositada en él por el mandatario. “Reitero mi compromiso de continuar trabajando con responsabilidad y dedicación para seguir fortaleciendo la estabilidad económica de la República Dominicana”, afirmó el funcionario.
Diversos analistas señalan que el nombramiento refleja una aparente carencia de cuadros técnicos dentro del actual gobierno. Mientras el Partido Revolucionario Moderno (PRM) enfrenta críticas por falta de gestión efectiva en áreas sensibles, Abinader recurre a talentos del pasado para sostener el rumbo económico del país.
En redes sociales, el debate no se hizo esperar. Figuras políticas, periodistas y ciudadanos han interpretado el gesto como una señal de debilidad institucional del PRM, incapaz de generar nuevos liderazgos económicos. “¿Dónde están los técnicos del cambio?”, cuestionan usuarios, mientras otros celebran el pragmatismo del presidente al escoger experiencia por encima de ideología.
Durante su gestión previa en el Estado, Magín Díaz se destacó por su manejo en la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), donde implementó reformas fiscales que lograron aumentos en la recaudación y mejoras en transparencia tributaria. Su regreso en esta nueva administración podría representar un intento de estabilizar la credibilidad financiera del gobierno en medio de presiones internacionales.
La designación también pone en entredicho las divisiones políticas, dejando entrever que en tiempos de crisis, las fronteras partidarias se desdibujan cuando lo que está en juego es el equilibrio económico nacional.
