Birmingham, Reino Unido. — La noticia del fallecimiento de Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y líder eterno de Black Sabbath, sacudió al mundo del rock pocos días después de su última y emotiva presentación en Villa Park, donde compartió el escenario con los miembros originales de la banda: Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward.
En un comunicado emitido la noche del martes, su familia expresó: “Con una tristeza mayor de la que las palabras pueden expresar, debemos informar que nuestro querido Ozzy falleció esta mañana, rodeado de amor”. La declaración fue firmada por Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis, quienes pidieron privacidad en estos momentos de duelo.
Durante aquel último show, promocionado como “el mayor espectáculo de heavy metal de la historia”, Ozzy interpretó cinco canciones inolvidables, mientras presenciaba con orgullo la propuesta de matrimonio de Sid Wilson a su hija Kelly Osbourne, entre vítores y ovaciones de miles de fanáticos. Fue, sin saberlo, su despedida definitiva del escenario, anunciada previamente tras confirmar el avance de su enfermedad de Parkinson, revelada en 2020.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham en 1948, Ozzy vivió una juventud marcada por empleos humildes y tropiezos legales, hasta que una canción de The Beatles, “She Loves You”, lo impulsó a abandonar la oscuridad y sumergirse en el arte que lo consagraría.
En 1967 inició su carrera musical junto a Geezer Butler en Rare Breed, formación breve que daría paso a Polka Tulk Blues, junto a Iommi y Ward. Aquella banda se transformó pronto en Black Sabbath, revolucionando la historia del rock con riffs distorsionados, líricas sombrías y la voz única de Ozzy: intensa, ritual, inolvidable.
Su legado trasciende décadas, generaciones y géneros. El “Príncipe de las Tinieblas” no solo reinventó el sonido, sino que conectó con millones desde lo más profundo del alma musical.
Author: Redacción
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