
Santiago, RD. — La tranquilidad de la madrugada del jueves fue interrumpida por un acto delictivo que afectó directamente a uno de los monumentos religiosos más emblemáticos del país. Desconocidos sustrajeron cables eléctricos y tuberías de cobre del sistema de enfriamiento de la Catedral Santiago Apóstol el Mayor, provocando daños significativos en el sistema de aire acondicionado del templo.
Según informaron autoridades eclesiásticas, la reparación de los equipos afectados podría ascender a unos 300,000 pesos, lo que representa un golpe económico considerable para la parroquia.
El padre Regino Alfonso Collado, vicario de la Catedral, explicó que los ladrones aprovecharon la falta de vigilancia en los alrededores para cometer el robo. Indicó que los intrusos accedieron a un edificio anexo, ubicado a unos 200 metros del templo principal, donde se encuentra la consola que alimenta los aires acondicionados industriales.
“Tenemos en esta catedral un espacio muy amplio, muy vulnerable en cuanto a la seguridad. En la madrugada del jueves, unos individuos subieron a la torre y arrancaron todo el cableado que conecta la corriente con los aparatos de aire, provocando daños considerables”, declaró el padre Collado a Diario Libre.
Reincidencia y preocupación ciudadana
El sacerdote lamentó que este sea el segundo robo similar registrado en la Catedral, y cuestionó la falta de vigilancia en el centro histórico de Santiago.
“Si unos simples cables pueden ser sustraídos con tanta facilidad, ¿qué seguridad tienen los ciudadanos que transitan por las calles?”, expresó con preocupación.
A pesar de la magnitud del daño, Collado informó que no se presentó una denuncia formal, debido a la falta de respuestas efectivas en casos anteriores, lo que refleja una creciente desconfianza en los mecanismos de justicia.
Llamado a reforzar la seguridad
Ante la situación, el vicario hizo un llamado urgente a las autoridades municipales y policiales para que refuercen la vigilancia en los alrededores de la Catedral y en todo el casco urbano de Santiago.
“Exijo una mayor atención por parte de aquellos que tienen la autoridad y el control de la seguridad y cuidado de la ciudadanía”, enfatizó.
El hecho ha generado indignación entre feligreses y residentes de la zona, quienes consideran que el patrimonio religioso y cultural debe ser protegido con mayor rigor.