Haitianizacion Vs desdominicanizacion: ¿Qué explica?

 

Por José Lino Martínez Reyes
Suplente en la Junta Central Electoral, abogado, especialista en derecho electoral.
CRDmedia

Haitianizacion: Un Nuevo Enfoque a la Cultura Dominicana
Lic. José Lino Martínez Reyes. Catedrático universitario, suplente en la Junta Central Electoral, abogado, especialista en derecho electoral..

Bueno, en principio aparenta un trabalenguas, pero no lo es. Simplemente, resulta ser una inflexión gramatical,-seria torcimiento de lo que está recto o plano-, o, neologismo- palabra o expresión recién creada  que implica significado sobre palabra ya existente. Lo que si es que tiene que ver, para los fines de estos comentarios, corregir o significar que se habla de Haitianizacion, pero que, debiera hablarse primero, sobre la profunda debilidad de una cultura identitaria y, que, por efecto ha permitido que los dominicanos hayan caído en una especie de desinterés por las ritualidades que implica el sentido de pertenencia hacía,  un territorio o patria. Lo que a nuestro juicio ha dado pie a lo que hemos convenido en llamar “desdominicanizacion”.

Y todo lo cual, ha permitido que penetre al espacio territorial, un desapego patriótico, y que se haya ido deteriorando todo un marco del simbolismo nacional hasta tornarse en un patriotismo famélico o inexistente y, peor, una pérdida de sentido de pertenencia y devoción por los símbolos que identifican la nacionalidad del país-, creando entonces, los intersticios sociales y culturales de que cualquier cultura foránea y lo más grave, que, en este caso, haya dado lugar a que la Haitianizacion se haya convertido en un hecho prácticamente normal, en el sentido que este flagelo social, implica que al dominicano, en la situación de estado de confusión, o sea, estado mental caracterizado por desorientación temporoespacial o personal, que produce desconcierto, perplejidad, ausencia de pensamientos ordenados e incapacidad para elegir o actuar con decisión, precisamente, por estar cautivo en una resocialización o lavado de cerebro y, que, por efecto ha generado, principalmente en la juventud, un estado de ambivalencia de ritos, valores y sentido de orgullo por lo suyo, lo que se traduce, en un estado de presa fácil de sentimientos, intensiones, deseos o emociones opuestas, tales como; amor y odio, ternura y crueldad, placer y dolor, incertidumbre y fluctuaciones producidas por la incapacidad para decidir entre dos extremos opuestos. (Pedro Pablo Hernández, Introducción al estudio de la sociología del derecho, 1998, p. 305, Glosario)

Todo lo cual implica que prácticamente, esta invasión de haitianos, ya no silente, constituye un especie de abandono de los espacios dominicanos, que se pudiera sintetizar en un espíritu de vagancia de la gran masas social que ha preferido abandonar el campo, quedarse en la vida contemplativa de “buscársela” en la calle, traducido en motoconcho, los limpiavidrios, los lumpenes y plañideros a doquier, etc., lo que a nuestro juicio ha ido generando una masa social parasitaria y desconectada del valor de su patria, creada al efecto de los propios patrones desviados de la formación en la casa que bajo la permisibilidad de los padres, el exceso de tolerancia y la cultura niñerita que lo padre asumen antes los hijos ya tajalanes y que, sin lugar a dudas, la nueva generación en gran parte, se ha quedado en perre´o, en las borracheras, en modas disociadoras, sexos irresponsables, y lo peor, producto también de una sombrilla legal de tolerancia cero para imponer la autoridad de los padres, etc.

Y no lo es todo.  Sin justificarlo, los empresarios, que no tienen por antonomasia vocación patriótica, sino defensa de sus intereses por la  propia cultura de la explotación de las manos de obras y el llamado afán de la gran vorágine de la oligarquía social y productiva, a pesar que han propiciado el desparpajo de la mano de obra dominicana, y que nosotros, sin dejar de reconocer la vocación de vagancia que tiene en un gran cautiverio la disposición de mano de obra dominicana, en cuyo corolario se han montado sectores cavernarios, interiorizado en la sociedad, de que sin los haitianos no habrá producción, tampoco construcción ni el cultivo de plantaciones. Sin embargo, aunque eso no es verdad absoluta-pero lo han hecho creer-, porque el asunto de la Haitianizacion es un problema social que data de unos veinticincos años atrás y, en un abrir y cerrar los ojos, los propios dominicanos los esconden, los transportan, les sacan documentos, los contrabandean, sin excluir las propias autoridades migratorias y militares.

Pero, y siempre después del pero, se daña el asunto, yo que me atrevo a escribir estas reflexiones, y soy pro patria, confieso que se ha hecho difícil encontrar dominicanos o lugareños que trabajen los predios-y por propia experiencia de carencias de manos de obras dominicanas, ahora, no vacilo en admitir que la juventud dominicana está inyectada de un gran letargo social y laboral, y como digo, de la crianza de mamita se ha desprendido que pocos resultan-excepciones-, los que quieren bajar el lomo-y principalmente, el banco de oferentes de la fuerza laboral, están viciados de unas manos de obras leonina y por lo general, según mi propia experiencia, lamentablemente, los nuestros, cuando aparece una brigada, te dejan la obra por mitad y cuando no, denotan una gran baja en la calidad, lo que se expresa que existe un desgano total.

El problema de la Haitianizacion del país resulta un hecho prácticamente nuevo en la historia. Cuando la invasión de Boyer, nunca se pudo haitianizar la Republica, pero, era precisamente, la conexión cultural del orgullo patriótico, la que levantó todo un movimiento de reacción que, aunque estuvieron 22 años de 1822 al 1844, invadido, en la parte oriental de la isla, nunca nos impusieron su cultura ni la presencia masiva de nacionales haitianos. Es decir, tampoco quedó el Vudú entronizado ni los grandes ritos de la cultura de los invasores. Sin embargo, ya en el colofón de estos razonamientos, a mi juicio en la Haitianizacion-de nuevo cuño- y la Dominicanizacion estaría pasando lo mismo que cuando un animal hembra de una especie, recibe los huevos de otra muy diferente, por ejemplo, una pata que empolle los de gallinas, e inclusive, se juntan en el nido sus huevos, entonces, cuando estos huevos sacan y se crían todos juntos, con la costumbres de la pata, los pollitos descendientes de gallinas, aprenden el mismo estilo de vida, incluso, aprenden a nadar todos juntos y van adquiriendo los mismos hábitos. Ya eso está pasando con la desdominicanizacion planteada.  

Y a esto se agrega, lo que casi pocos han advertido, ahora tenemos la haitianizacion de las escuelas-sin referir los hospitales-, de lo cual se desprende que los hijos de los dominicanos le ha impuesto una socialización de relaciones primarias con sus compañeros de aulas de hijos de haitianos y se ha ido creando la matrícula de dominico-haitiano, generándose con esto que de cara a un futuro no muy lejanos, que la nueva generación de dominicanos desarrolle una relación de hermandad y empatía con sus compañeros de aulas hasta el extremo que los niños dominicanos, que serán los ciudadanos del futuro, asimilen sus compañeros de aulas haitianos como compañeros de estudios y resulte fácil la fusión, ya que, con el tiempo, la fusión haitianos y dominicanos, pasaría como algo normal y sin reacción contraria en defensa del dominicanismo perdido, ya que a los niños de hoy les han metido por los ojos que convivir juntos no implica invasión, sino, convivencia de hermanos y compañeros de aulas. 

En este sentido la agenda de la Haitianizacion ha sido tan sutil y penetrante que, primero trajeron las modas, tipos peinados de cabellos, que, de lacios, los dominicanos de la generación emergente, todos andan con alteraciones vinculantes a los africanos, por no decir, a la tipología haitiana. Y más, se alcanzan a ver desfiles de modas cuyas participantes son de especies negras. O cuando no, ya la práctica del Vudú ha sido cambiada por una especie de cristianización, por lo general, vinculadas a las sectas protestantes.

En fin, como van las cosas, cuando, en caso quimérico, porque resulta irrealizable, que a los dominicanos les separen de los haitianos, si es que pasa una aventura de repatriarlos, como quiera, la desdominicanizacion seguirá su curso normal, y como quiera-repito-, los valores patrios ya están perdidos y se torna irreversible la fusión, aunque de trama en trama, de apariencia en apariencia, se planten soluciones para que este país sea solo para los dominicanos. A mi juicio, ya el monstruo nos ha ganado la batalla desde nuestras propias entrañas. Y quiero cerrar refiriéndome a la antigua orden, con especial mención de Ángelo Vásquez, incluyendo a Riveron, por efecto de esa trasmutación cultural del dominicano, que nada es nada, luce imposible que levanten un sentido patriótico colectivo capaz de conectar con el sentimiento patriótico, porque el dominicano actual, está atrapado en otros registros del Dembow, perre’o, drogas y homosexualismo, culto a las nalgas y de una aberrante transculturización y ahora, los niños haitianos mezclados todos con los dominicanos, y que ha hecho que la patria haya perdido su simbolismo y la casa de Alofoque sea la mayor atracción y conexión social, y así, de ese modo, ya no vamos, ya estamos en la desdominicalizacion irreversible. Y después de aquí, ¡entre to´, coño! Y por lo que se ve, la haitianizacion se ha ido montando de forma sutil, hasta el extremo que cuando la patria de Duarte quiera despertar, estaremos viviendo el sueño de Toussaint Loverture, que todos somos los mismos, sin darnos cuenta que estamos fundidos y somos la mezcla de dominico-haitiano, porque en el fondo ya estamos desdominicanizados.   

 

 

 

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Author: Redacción

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