Por Jeffrey Medina Rivas
Ciudadanía RD Media

En República Dominicana ya se respira el espíritu navideño. Las tiendas están abarrotadas de luces, adornos y árboles de todos los tamaños. Muchas familias han comenzado a decorar sus hogares, una tradición que simboliza unión y alegría. Sin embargo, detrás de esta costumbre tan esperada también se esconde un riesgo silencioso: los incendios provocados por fallas eléctricas o materiales inflamables.
Datos de organismos internacionales como la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés) indican que cerca del 60% de los incendios domésticos registrados en diciembre se originan en los árboles de Navidad o en luces defectuosas. Aunque no existen estadísticas oficiales recientes en República Dominicana, los cuerpos de bomberos del Distrito Nacional y Santiago confirman que cada año reciben múltiples reportes de incendios vinculados con decoraciones navideñas, especialmente durante la segunda quincena de diciembre.
La causa más común suele ser el uso de luces o extensiones eléctricas en mal estado, sobrecarga de enchufes y árboles artificiales fabricados con materiales plásticos que no cumplen con estándares de seguridad. A esto se suman los árboles naturales que, al secarse por falta de mantenimiento, se convierten en un combustible altamente inflamable. Según la NFPA, un árbol seco puede arder por completo en menos de 30 segundos, liberando gases tóxicos y propagando el fuego rápidamente por toda la vivienda.
Los especialistas recomiendan que, al adquirir un árbol artificial, se verifique que sea “resistente al fuego” y que las luces tengan certificación de seguridad reconocida. En el caso de los árboles naturales, se debe elegir uno fresco, mantener la base con agua y colocarlo a una distancia prudente de cualquier fuente de calor. También es importante evitar conectar más de tres series de luces en una misma toma, no dejar los adornos encendidos durante la noche y revisar periódicamente si las bombillas o cables se calientan.
Las luces LED, aunque más costosas, representan una opción más segura: consumen menos energía y generan menos temperatura. Además, reducen el riesgo de sobrecarga eléctrica, una de las principales causas de incendios en viviendas. En cualquier caso, los bomberos insisten en que no deben colocarse cables debajo de alfombras o detrás de cortinas, ni usar luces diseñadas para exteriores dentro del hogar, o viceversa.
Otra recomendación crucial es la supervisión constante. Los niños y las mascotas suelen sentirse atraídos por los colores y movimientos del árbol, lo que aumenta el riesgo de accidentes eléctricos o caídas. Los adornos deben ser de materiales no tóxicos y sin bordes filosos, y se deben evitar aquellos que parezcan golosinas o alimentos para no generar confusión.
La Navidad es una época para compartir y disfrutar en familia, pero también un momento en que la prevención debe estar más presente que nunca. Un pequeño descuido puede convertir la celebración en tragedia. Cuidar los detalles, revisar las conexiones y actuar con prudencia son gestos sencillos que salvan vidas.
Encender las luces del árbol debería ser sinónimo de alegría, no de alarma. Porque en esta temporada, decorar con responsabilidad también es una forma de celebrar la vida.
