
Santo Domingo, RD. – El presidente de la República, Luis Abinader, ejerció su voto calificado en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), lo que resultó decisivo para que los jueces Pilar Jiménez Ortiz y Moisés Ferrer Landrón no fueran ratificados en sus cargos dentro de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).
Según el acta oficial CNM 010-25, ambos magistrados obtuvieron una votación dividida entre los ocho miembros del consejo: cuatro votos a favor y cuatro en contra. En virtud del artículo 12 de la Ley 132-11, modificada por la Ley 1-12, el voto del presidente tiene carácter decisivo en caso de empate, lo que inclinó la balanza en contra de la permanencia de los jueces.
El proceso de evaluación de desempeño, que se realiza cada siete años, busca determinar si los jueces cumplen con los estándares de idoneidad, ética y eficiencia requeridos para continuar en sus funciones. Aunque no se revelaron públicamente los criterios específicos que motivaron la decisión, el resultado ha generado reacciones en distintos sectores del ámbito judicial.
La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) expresó preocupación por la falta de claridad en los indicadores utilizados durante la evaluación, cuestionando la objetividad del proceso y la transparencia en la toma de decisiones.
El único juez evaluado que fue ratificado en su cargo fue Manuel Read Ortiz, quien recibió mayoría de votos favorables sin necesidad de desempate.
Este episodio marca un momento significativo en la configuración del sistema judicial dominicano, ya que la Suprema Corte de Justicia es la máxima instancia del Poder Judicial y sus miembros tienen un rol clave en la interpretación de la ley y la administración de justicia.
La decisión del presidente Abinader, aunque legalmente respaldada, ha reavivado el debate sobre la influencia política en los procesos de evaluación judicial y la necesidad de fortalecer los mecanismos de transparencia dentro del CNM.