Por Redacción
Ciudadania RD Media
En ajedrez hay una frase muy común entre los jugadores que dice, “el que forsa una tabla pierde”. Dicha sentencia hace referencia a posiciones igualadas en el tablero, compuesto por 64 casillas, donde aquel que hace un movimiento fuera de lugar inclinaría la balanza hacia su oponente acarreándole la derrota de forma inminente a aquel que se desespero.
Desde nuestra perspectiva, en esas condiciones es que se encuentra el tablero geopolítico internacional, nos referimos al conflicto que existe entre la OTAN y Rusia, este ultimo por intentar invadir a Ucrania, escenario en el cual hay dos jugadores altamente experimentados, expertos en salidas, medio juego, asio como en finales.
Jugadores con los pulmones suficientes para respirar, retener el oxigeno necesario, enviarlo a su cerebro, lo que le permitirá pensar de forma lúcida y sin vacilaciones a la hora de tomar una decisión y ejecutar un movimiento táctico.
Es el caso del presidente Joe Biden y Vladimir Putin, los dos son expertos en cada una de las fases del juego, ciencia que hemos mencionado; ambos han tenido su protagonismo durante la guerra fría, y podríamos decir que jugaron su rol.
Pero, cabe destacar que la edad acompañada de la experiencia es un factor que pesa mucho en el escenario que se muestra al día de hoy.
Muestra de esto lo podemos ver en la apertura realizada por Biden, o decisiones ejecutivas aplicadas, inmediatamente tomó el poder.
Podemos citar algunas de estas, las cuales en su momento no se entendieron pero quejuegan un papel preponderante en la geopolítica:
• Salida abrupta de Afganistán, la cual fue cuestionada por sus mas acérrimos opositores políticos,
• Activó el Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, también conocido como Quad, AUKUS,formalizado en e 2007, compuesto por EEUU, Japón, Australia e India. Dicho tratado persigue contener la creciente influencia de China en la zona,
• La consolidación de un tratado para fabricar submarinos nucleares para Australia, por un monto de 31 mil millones de euros, lo cual produjo fricciones con uno de sus mas leales aliados en la OTAN, Francia,
• El despliegue de tropas que está realizando la OTAN en Ucrania y países vecinos,
• El diseño de una estrategia global para hacer que Europa no dependa del gas ruso en caso de que Rusia invada a ucrania,
• La decisión de EEUU y aliados de imponer severas sanciones sobre Rusia si esta termina invadiendo a Ucrania.
Por su parte, Putín tiene a su favor:
• La adhesión de Crimea a suelo ruso,
• El fortalecimiento de sus relaciones con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko,
• Tiene la iniciativa en el juego con Ucrania. El es quien decide si la invade o no,
• Tuvo tiempo para desarrollar armas con velocidades hipersónicas, las cuales, hasta el momento son casi invisibles a los radares convensionales,
• Una inversión multimillonaria conjunta con Alemania, Nord Stream 2, nombre con que se conoce un gasoducto que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico, lo cual ha puesto a pensar a muchos analistas y preguntarse, en qué bando se encuentra Alemania en estos momentos; aunque la destitución del Jefe de la Marina, Kay-Achim Schönbach, por sus comentarios a favor del presidente ruso Vladimir Putin y la crisis de Ucrania, la ponen del lado de la OTAN,
• Haberle cedido tecnología militar y aeroespacial a China y Corea del Norte, a fin de aplicar la máxima, “divide y venceras”, poniendolo a competir de igual a igual con el coloso del Norte.
Es un escenario que no es para novatos, y como habíamos dicho anteriormente, ambos jugadores son sumamente experimentados. Esto quedó de manifiesto en la reunión bilateral que EEUU y Rusia sostuvieron el 10 de enero en Ginebra, a la que no asistieron ninguno de los presidentes. En su nombre negociaron el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, y la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, donde en palabras de Sherman, EEUU fijó su línea roja, “Estamos decididos: Nada sobre Ucrania sin Ucrania. Nada de Europa sin Europa. Nada de la OTAN sin la OTAN. Nada de la OSCE sin la OSCE”.
Por su parte, Moscú, insistió en llevar a las reuniones una serie de exigencias, entre estas las garantías legales de que la OTAN no llevará a cabo refuerzos militares en las fronteras europeas de Rusia, especialmente la de Ucrania.
El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, dejó bien claro la línea roja de Rusia, “Las conversaciones tienen un único propósito: alcanzar un compromiso teniendo en cuenta la postura del otro”, dijo Peskov.
Al final, todo quedó en un punto muerto, donde el ajedrez entre Rusia Vs OTAN, continua y, solo ganará aquel jugador más atrevido y paciente, que descubra debilidades en la defensa de su contrario y sepa explortarlas hasta que este desista de su postura.