Este 24 de abril se cumplen dos meses desde que inició la invasión rusa a Ucrania, el 24 de febrero de 2022.
Ucrania sostiene que se sigue manteniendo el diálogo con Rusia para alcanzar la paz, pese a que Vladimir Putin sentenció el último 12 de abril que las conversaciones entre ambas naciones “llegaron nuevamente a una situación sin salida para nosotros”.
La muerte de civiles y los constantes ataques a la ciudad ucraniana de Mariúpol no hacen más que complicar cualquier posibilidad de diálogo, y generan más incertidumbre.
Con esto en mente, el medio The conversation buscó claridad en una entrevista con Andrew Blum, autor y periodista estadounidense con más de 20 años de experiencia trabajando en programas de consolidación de la paz, quien reveló que las conversaciones de este tipo tienen un no muy alentador historial de éxito:
“(Fracasan) en la mayoría de los casos. Entre 1946 y 2005, solo 39 de 288 conflictos, o el 13,5%, se resolvieron con un acuerdo de paz, según una iniciativa de investigación de la Universidad de Uppsala en Suecia. Los demás terminaron con la victoria de un lado, o el fin de la lucha sin un acuerdo de paz o una victoria.”
“Pero incluso cuando las partes en conflicto no logran llegar a un acuerdo de paz, las conversaciones pueden reducir las bajas civiles a través del cese al fuego temporal o el establecimiento de corredores humanitarios para entregar suministros o evacuar a los civiles.”
Los desafíos en las conversaciones de paz
“El mayor desafío para las conversaciones de paz es la violencia relacionada con el conflicto y la ira y la desconfianza que crea entre las diferentes partes en conflicto. Los negociadores deben sentarse frente a aquellos que creen que han matado a sus hijos e hijas.”
En el caso particular de Ucrania, han muerto ya más de 1.842 civiles debido a las fuerzas rusas, según datos de la ONU. Esta cifra podría ser incluso más elevada.
“Los negociadores no solo deben llegar a un acuerdo, sino también venderle ese acuerdo a una comunidad que está enojada, traumatizada y afligida”, señala Blum.
Es por esto que es importante que representantes de distintas comunidades formen parte de este diálogo: mujeres, organizadores comunitarios, lideres étnicos, etc. Sin embargo, tal y como ocurre con Rusia y Ucrania, muchas veces las negociaciones se dan con hombres poderosos decidiendo por todo un país.
Un proceso naturalmente complejo, suele volverse más difícil cuando alguna de las partes actúa de mala fe. Rusia, por ejemplo, ha sido acusada de envenenar a dos negociadores de paz ucranianos, así como al multimillonario Roman Abramovich, durante una ronda de charlas que tomó lugar en marzo de este año.
“Las conversaciones probablemente serán largas y arduas y requerirán pasos más pequeños para generar confianza antes de que termine la guerra”, concluye el autor.
Author: Redacción
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