La Defensoría del Pueblo denunció el asesinato del líder social afro Fredy Mena Oregón, quien fue secuestrado el sábado por la noche en su comunidad de una zona rural del departamento del Chocó (oeste) y cuyo cuerpo fue encontrado por sus vecinos este domingo.
Mena Oregón era el representante legal de la comunidad de La Playa, perteneciente al municipio de Lloró, en donde había sido secuestrado el sábado por hombres que portaban armas cortas y pasamontañas. Además de secuestrar al líder, se llevaron bienes comunitarios y robaron dinero.
Este domingo, vecinos de la comunidad encontraron su cuerpo sin vida en una playa cercana a la población, que se encuentra “bajo zozobra”, indicó la Defensoría del Pueblo en un comunicado.
“Rechazamos este lamentable hecho y acompañamos a la comunidad, que denuncia que hoy ha habido disparos desde embarcaciones en contra suya (66 familias, 225 personas) lo que ha forzado el proceso de desplazamiento masivo hacia la cabecera municipal de Lloró, como ocurrió en septiembre del año pasado”, agregó el organismo.
Por último, también recordó que en una alerta temprana que la misma Defensoría emitió en 2020 advertían sobre “el contexto de riesgo para la vida y labor de líderes, lideresas y defensores de derechos humanos”, así como “el riesgo de desplazamiento forzado y confinamiento en la zona rural de Lloró”.
El crimen de Mena Oregón se convierte en el tercer asesinato de un líder social ocurrido este fin de semana en Colombia, después de que el sábado fueran asesinados Ferney Morales y Rigo Alape, líderes sociales y dirigentes campesinos del departamento del Putumayo (sur).
Precisamente la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos urgió este domingo al “pronto esclarecimiento de los crímenes” en relación con los líderes del Putumayo y a adoptar “medidas efectivas de protección”.
A pesar del acercamiento por parte del Gobierno colombiano con algunos grupos armados ilegales la violencia sigue presente en muchos departamentos del país, entre ellos Putumayo y Chocó, dos de las regiones más golpeadas por los enfrentamientos por el control territorial.