El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ordenó el jueves a las Fuerzas Armadas que faciliten el acceso de sus miembros al aborto, mientras un número creciente de estados aprueban restricciones a ese procedimiento.
En junio, la Corte Suprema anuló el derecho federal al aborto y devolvió a los estados la decisión sobre si permitirlo o no. Desde entonces, una docena de estados restringieron severamente o prohibieron la interrupción voluntaria del embarazo.
Eso dificulta el acceso al aborto a las integrantes de las Fuerzas Armadas, obligando a que aquellas que deseen abortar tome licencia y viajen a lugares donde el procedimiento es legal.
La decisión de la Corte Suprema “disminuyó el acceso a la atención de la salud reproductiva, con impactos en el reclutamiento, la retención y la preparación en toda la fuerza”, dijo un funcionario del Pentágono a los periodistas.
“Creó complejidad, confusión y ansiedad para los miembros del servicio y sus familias, que ahora pueden necesitar viajar distancias significativas para recibir atención de salud reproductiva”, agregó.
La ley federal prohíbe que el Departamento de Defensa financie o brinde servicios para abortar, excepto en casos de amenaza para la vida de la madre.