Desde sus capacidades de ataque profundo hasta su aviónica líder en su clase, las características que definen al F-35 han sido ampliamente discutidas en los últimos años. Menos conocidas, pero no por ello menos importantes, son su concepto de diseño orientado al futuro y su notable capacidad de actualización. Este es el plan de Lockheed Martin para garantizar que su caza furtivo de quinta generación mantenga su ventaja técnica durante las próximas décadas.
El F-35 Lightning II es una de las plataformas aéreas más sofisticadas del mundo, dotada de los últimos sistemas de armamento, tecnología de puntería, radar y conjunto de procesamiento de información, características de rendimiento furtivo y herramientas de guerra electrónica. Pero la ingeniería aeroespacial es un campo inmensamente complejo y en rápida evolución. Con las grandes potencias militares del mundo compitiendo constantemente por la más mínima ventaja táctica en el campo de batalla, las características que pueden asegurar la supremacía aérea hoy en día pueden quedar muy anticuadas a finales de la década. Tanto Rusia como China están invirtiendo sin descanso en proyectos de nueva generación que prometen un enorme salto de capacidades respecto a sus aviones actuales y que pueden suponer nuevas amenazas para los activos estadounidenses en todo el mundo.
Ante los crecientes desafíos a largo plazo de los principales adversarios de Estados Unidos, Lockheed Martin prevé que el F-35 -que está previsto que preste servicio hasta 2070- sea una plataforma adaptable que pueda estar a caballo entre la tecnología de los cazas de quinta y sexta generación. “Es un cumplido para el F-35 que muchos países estén buscando replicar la quinta generación y luego extenderla a la sexta”, dijo Michele Evans, jefe de aeronáutica de Lockheed, a Defense News en el Salón Aeronáutico de París 2019. Creo que realmente refleja el valor de lo que el F-35 está aportando a los pilotos y al espacio de batalla. En términos de tecnología, no vamos a dejar que el F-35 se quede estático”.
Los planes inmediatos de Lockheed para el F-35 se centran en la revisión del bloque 4, que llegará a partir del lote 15 de producción en 2023. El bloque 4 traerá consigo el “Tech Refresh 3”, un amplio paquete de actualizaciones que pretende implementar numerosos cambios de software y hardware. Entre ellos se incluye un rendimiento superior del procesador central y de la memoria, unido a una nueva pantalla panorámica en la cabina. La revisión del bloque 4 también incluirá el nuevo bastidor de armas “Sidekick”, que permitirá al caza llevar hasta seis misiles aire-aire sin perder su capacidad de sigilo. También ofrecerá soporte completo para ciertas armas extranjeras asociadas, incluyendo el misil aire-aire europeo Meteor beyond visual range (BVR) y el misil de crucero SPEAR 3 del Reino Unido, así como el Kongsberg Joint Strike Missile (JSM) de Noruega. Las capacidades de guerra electrónica y de sensores del caza recibirán una nueva ronda de correcciones, ajustes y actualizaciones.
La revisión del Bloque 4 proporciona una base técnica sólida para la siguiente ronda de actualizaciones, que podría estar más cerca de lo que se creía: el Pentágono está pensando en una actualización del “Bloque 5” que “entraría en vigor en torno a 2028-2030”, aunque los detalles siguen siendo imprecisos.
Lejos de ser meras campanas y silbatos, estas actualizaciones continuas de varias décadas se traducen en capacidades reales en el campo de batalla. Por ejemplo, en una serie de juegos de guerra recientes se comprobó que los F-35 del bloque 4, con sus radares, aviónica y armamento mejorados, eran cruciales para frustrar una posible invasión china de Taiwán.
El F-35 es un pilar fundamental de la potencia aérea estadounidense en la actualidad. El flujo constante de actualizaciones de Lockheed garantiza que estará equipado para luchar y ganar las batallas del futuro.