Por Angela Lora
CRDmedia
Hoy no quiero extrañar lo que no tengo.
Hoy no quiero pensar si el clima está caliente en esta isla tropical, si esperamos pronóstico de lluvia o si la sequía está arreciando.
No quiero desear un té caliente mientras me recuesto frente a una ventana, cubierta con frazadas que acarician mi piel.
Hoy disfruto el ruido de las olas chocando en las rocas de la orilla, con los ojos cerrados para ignorar el sargazo que enturbia el mar.
Hoy volteo la cabeza y dejo que la brisa se mezcle con mi pelo y me traiga el aroma de la sal que se confunde con la fragancia de raíces y flores en mi cuerpo.
Abro los ojos y miro hacia arriba entre las hojas del árbol de uvas de playa, ese tibio rayito de sol que ilumina mi rostro.
Hoy el deseo no es viento frío, camas acolchadas y bebida caliente.
Hoy el deseo no es aire acondicionado y ropa con mangas.
Hoy el deseo es esta brisa, el ruido de las olas, el sabor salado en mis labios y el azul del mar.