Por: Emiliano Reyes Espejo
Ciudadana RD Media
¿Es posible la industrialización en los territorios fronterizos del Sur Lejano? La pregunta surge a raíz de planteamientos hechos por instituciones del Estado que, en reuniones con autoridades locales, a principios de la actual gestión, colocaron entre sus puntos estratégicos la industrialización de rubros agrícolas en estas zonas del país.
Mientras se comienzan a realizar iniciativas en ese sentido, el gobierno está enfocado en desarrollar la industria turística en estos territorios, con mayor énfasis en Barahona y Pedernales, zonas donde se perfilan grandes inversiones y donde, además, tanto las autoridades como los habitantes de allí, tienen puesta todas sus esperanzas.
Pero, aunque no lo parezca, el Sur Lejano no solo puede ser turismo, sino también industria. Esta región tiene, además de un gran potencial para el desarrollo turístico, una excelente vocación para la industrialización con fines de exportación y para el mercado local.
En diciembre de 2021, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) impulsó un diálogo de los consejos provinciales de desarrollo en las siete provincias de la zona fronteriza. Esas reuniones fueron aprovechadas para firmar la Alianza para el Desarrollo de la Zona Fronteriza y se acordaron a su vez “los ejes de desarrollo económico a ser priorizados para impulsar el bienestar de quienes residen en estos territorios”.
Como ha sido enfocada, resulta y viene a ser que estas iniciativas han creado un mar de expectativas entre los habitantes de esta apartada y empobrecida región.
Los diálogos iniciados en las gobernaciones provinciales eran parte del proceso de formulación de la Estrategia de Desarrollo de la Zona Fronteriza, en la cual se considera como fundamental “impulsar iniciativas que respondan a las prioridades del territorio”, se dijo entonces.
En un primer diálogo realizado en la Gobernación provincial de Pedernales se priorizaron el turismo sostenible, la consolidación e industrialización del sector agrícola, el comercio binacional, el sector pesquero y el fortalecimiento de la micro y pequeñas empresas de servicios.
Igualmente, el Gobierno a través de los Ministerios de Industria, Comercio y Mipyme (MICyM y el de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) ha informado que impulsa “el sistema de mercados en la zona fronteriza de República Dominicana, con el objetivo de lograr mejora en la condiciones físicas, administrativas y sanitarias de esos espacios de intercambio comercial con Haití”.
Allí se impulsa, según estos organismos, un “proyecto de inversión pública para el fortalecimiento de los mercados fronterizos que supondrá la mejora administrativa, la adecuación de las instalaciones existentes, la ampliación del control sanitario, la construcción de infraestructura de mercado y la habilitación de nuevos espacios para los vendedores”.
O sea, estamos haciendo hincapié en el mercado. ¿Y no sería lógico que una vez se fortalezca el intercambio comercial, hagamos lo propio en la zona para lograr una mayor producción de rubros que se puedan vender a los habitantes de la vecina nación y exportar hacia otros destinos del mundo?
Creemos, y esperamos no estar equivocados, pero el Sur Lejano ya reúne condiciones para convertirse en un gran productor agropecuario y agroindustrial. Solo falta que osados inversionistas descubran lo que podría ser un “diamante en bruto” listo para ser pulido por las manos mágicas del capital. La demanda de los productos que sean elaborados en esta zona están bien cerca, en el vecino Haití (que debemos orar porque se estabilice pronto) o si no, para la exportación a otros lares.
No es un lugar alejado y mugriento
En lo que respecta a la provincia de Bahoruco, tenemos ya que esta zona no es un lugar alejado y mugriento como se veía antes. Los anuncios de inversiones para el desarrollo turístico han comenzado a crear otro perfil y empiezan a aflorar nichos favorables para la proliferación de inversiones. Además, la infraestructura vial ha mejorado y esto acerca más a la región a los centros de decisiones. Eso ocurre también con las telecomunicaciones, herramienta invaluable que se hace cada vez más presente y con mayor calidad en las comunidades de la zona, aunque todavía -y no es un secreto para nadie- falta mucho por hacer en ese y otros sentidos.
En Bahoruco, -explica el Ministerio de Planificación, Economía, Desarrollo y Mipymes- “el Consejo de Desarrollo Provincial estableció entre los sectores priorizados el ecoturismo, la consolidación e industrialización del sector agrícola, el comercio binacional, el desarrollo forestal y el fortalecimiento de la micro y pequeñas empresas”. Establece que “el diálogo concluyó con el Pacto de Independencia, donde los diferentes sectores de la provincia, con el acompañamiento del Ministerio de Economía, priorizaron entre los sectores productivos el ecoturismo, el senderismo y turismo de aventura, la consolidación e industrialización del sector agrícola, el comercio binacional y transfronterizo”.
En aquella reunión se constituyeron los consejos de desarrollo para cada una de estas provincias como lo establece la Ley 498-06 de Planificación e Inversión Pública. ¿Están funcionando?
El servicio de electricidad ha ido mejorando bastante y se perfila en el mismo un mayor desarrollo en la medida en que se comiencen a fomentar iniciativas de empresas industriales, agronegocios y agroindustrias. Incluso los inversores eléctricos tienen que estar tentados a invertir en estos contornos, dada la perspectiva de demanda de electricidad que suscitará el crecimiento económico que tiende a aumentar en la región. Es decir, que está presente allí un enorme potencial para la inversión en la producción de energía eléctrica, tanto de la tradicional como la alternativa (solar, eólica, del mar, etc.).
En el Sur Lejano existe por ejemplo el formidable puerto marítimo de Barahona. También se proyectan otros puertos que servirán no solo para facilitar el quehacer turístico, sino también la exportación de rubros agrícolas o industriales que se fomenten en estos territorios. Hay por allí grandes cantidades de tierra sin cultivar que podrán servir para instalar formidables zonas industriales para exportación.
Se espera igualmente un crecimiento exponencial de la tierra de cultivos cuando se ponga en operación la ansiada Presa de Monte Grande.
Con la construcción de más y buenas obras viales por parte del Estado los productos de empresas, industrias y agronegocios que se instalen en Bahoruco no tardarían más de 30 o 40 minutos –y como máximo una hora- para ser colocados en puertos de Barahona para exportación.
Algunos potenciales inversionistas nacionales y extranjeros han comenzado a gestionar la compra de grandes cantidades de terrenos para fomentar proyectos modelos de producción agropecuaria en la zona. Es decir, que ese Sur Lejano preterido y visto con desdén comienza a recuperar su verdadera importancia y los habitantes de esta zona deberán ser los grandes beneficiarios de este progreso, dado que ya ellos vivieron la época de las calamidades.
Zonificación de áreas productivas
Un informe de consultoría sobre la “Zonificación de Áreas Productivas en la Frontera” elaborado por los expertos Rafael Emilio Yunén y Pedro Juan del Rosario, con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) plantea la ordenación en zonas de los entornos productivos, los que ya están en explotación y los que faltan por ser aprovechados en las siete provincias fronterizas del país. Hablamos de Pedernales, Monte Cristi, Dajabón, Elías Piña, Santiago Rodríguez, Elías Piña y Bahoruco, todas protegidas por una Ley de Incentivos a la Zona Fronteriza.
En el estudio Yunén y Del Rosario se refirieron a algunos elementos que dificultan la comprensión de la Zona Fronteriza y destacan que “la Zona Fronteriza de la República Dominicana está constituida por una franja territorial que no se puede clasificar como una región más del país, aun cuando dicha zona esté sometida a los mismos mecanismos de centralización geoespacial causados por una gestión sociopolítica y un control económico que afectan a todas las demás regiones dominicanas”.
Sostienen que “el solo hecho de que su territorio es vecino de otra nación, con la que comparte una línea limítrofe internacional, es suficiente para concebirla como una zona única o una región de características excepcionales en la República Dominicana”.
“El objetivo principal –de la investigación apoyada por el BID-consistió en establecer un esquema de subregionalización de la franja fronteriza que permitiera definir una zonificación de áreas productivas en cada una de las subregiones”, precisa el estudio. “Estos ejercicios analíticos -agrega el informe- partieron de una caracterización fisiográfica y sociodemográfica de la Zona Fronteriza, que permitió la determinación del potencial socioeconómico endógeno de la misma”.
Se hizo una caracterización general de la zona fronteriza, lo cual abarca la caracterización fisiográfica que incluye las principales formas del relieve, cobertura y uso de suelo en la frontera, recursos hídricos, condiciones micro climáticas y sus implicaciones para el aumento de la vulnerabilidad en la zona fronteriza, recursos mineros de importancia, recursos costero-marinos, crecimiento poblacional y distribución territorial, administración municipal del territorio, el contexto migratorio y su vinculación con otros factores sociodemográficos.
Población haitiana en la frontera
También se estudiaron los asentamientos urbanos fronterizos, la caracterización de los principales centros urbanos, la población haitiana en la frontera y el perfil socioambiental de cada una de las provincias de la zona fronteriza.
En cuanto a Bahoruco, se analizaron las condiciones biofísicas básicas, uso y cobertura del suelo, la población, el modelo productivo predominante, la agropecuaria, la economía no agrícola: el comercio, el comercio local, tipología de territorios, índices de ruralidad/urbanización y de capacidades territoriales
Según el Registro Nacional de Establecimientos (RNE 2014‐2015) citado en el informe, “en la provincia Bahoruco había 3,133 establecimientos comerciales”, de los cuales el 44% se concentra en el municipio cabecera de Neyba; Tamayo 22%, Galván 13%, Villa Jaragua 11% y Los Ríos el 10%. “De los establecimientos registrados, el 77 % tiene 1 o 2 empleados. Los negocios con más de 10 empleados son prácticamente inexistentes (0.3 %). En consecuencia, el comercio de la provincia es fundamentalmente un conjunto de micro y pequeñas empresas familiares”.
No obstante esa realidad, la región se acerca a su umbral de desarrollo y progreso, lo cual vendrá necesariamente con nuevas inversiones, tanto públicas como privadas. Si se traspasa esa hipótesis o planteamientos a los hechos tangibles que se vislumbran y que serán de impacto en la zona, nos encontramos que se aproxima:
-Terminación de la presa de Monte Grande;
-Motivar un proceso de industrialización en la provincia (crear empleos);
-Expansión de las tierras agrícolas cultivables;
-Aplicación en la provincia de Bahoruco de la Ley número 12-21 que crea la Zona Especial de Desarrollo Integral Fronterizo y un régimen de incentivos, que abarca las provincias Pedernales, Independencia, Elías Piña, Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez y Bahoruco:
-Un pronto inicio de inversiones turísticas en las cercanías de la provincia; y
-Acelerar la instalación de la extensión de la UASD en Neyba, etc.
Como colofón, sugerimos al gobierno promover entre potenciales inversionistas nacionales y extranjeros que inviertan en esta zona del Sur Lejano, los beneficios de la Ley de Incentivos de la Zona Fronteriza, además de que potencie sus propias inversiones en nuevas obras, especialmente vías de comunicación, servicios (educación, tecnologías de la información y la comunicación- TIC, telecomunicaciones, electricidad, transporte, etc.).