EL DESCONTENTO DE UN PUEBLO, ENTRE CORRUPCIÓN, NARCOTRÁFICO Y DICTADURA

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ
Político y Escritor

Juan Carlos Rodriguez (JCR), Político y Comunicador Social,

A muy pocos días de celebrarse en nuestro país el certamen electoral de las elecciones municipales, y posteriormente las congresuales y presidenciales, el panorama político se vislumbra muy positivo, esperanzador y satisfactorio para los líderes y candidatos de la oposición. Es común en todas las provincias, municipios y sectores del país la férrea decisión y aspiración de todos los dominicanos en salir con carácter de urgencia del actual partido de gobierno, situación que obedece a algunos factores, considerados mucho muy importantes; por un lado están  las buenas opciones que encarnan los candidatos municipales de oposición, únicos con nuevas y verdaderas propuestas muy bien detalladas y dadas a conocer por diferentes medios al electorado. Por el otro lado,  está el descontento que embarga a todos los dominicanos con las actuales autoridades, un sentimiento general expresado en todas las calles, todos los sectores, en las guagua, en  el metro, en el colmado y el supermercado y en todos los estratos sociales; de manera más  aguda y más crítica, en los sectores populares, quienes lo expresan en cada una de las actividades políticas, marchas y caravanas que encabezan los líderes y candidatos de oposición. 

 

El actual gobierno del PRM  mantiene a todos los dominicanos en un estado de desasosiego, inmerso en una crisis económica, social e institucional, de caracteres inimaginables y nunca antes vistos en nuestra nación. Para empezar está el narcotráfico, metido como nunca antes en varias instituciones del estado, al punto de verse a varios legisladores con procesos judiciales abiertos, incluso en Estados Unidos. A estos se suman los demás funcionarios y candidatos actuales, señalados públicamente por narcos confesos, quienes  admitieron haberles dado dinero para su campaña, incluidos el actual senador de Santiago, el candidato alcalde de la misma provincia y hasta el presidente de la república.

 

A esto se le suman la treintena de casos de corrupción, rampantes y sonantes que día a día estallan en todos los estamentos del estado y son conocidos y denunciados por todos los medios. Casos donde el mismo presidente colocado entre la espada y la pared por la opinión pública,  ha tenido que separar de sus cargos a varios funcionarios de los casos más sonados;  pero estos permanecen tranquilos y sin ningún proceso abierto, pues el ministerio público ´´independiente´´ se hace de la vista gorda frente a las denuncias de  corrupción protagonizadas  por los compañeritos del partido de gobierno.

 

Pero como si  todo esto fuera poco, sucede además  que el actual presidente dominicano, de un tiempo a esta parte con su accionar, con sus decretos  y con las leyes  que consecuentemente promueve y envía a su congreso, a todas luces ha ido demostrando sus marcadas y malsanas  intenciones de pretender montar en nuestro país la nueva dictadura latinoamericana. Todos conocemos la famosa Ley 1-24 que crea el DNI, ley que ha sido repudiada por toda la sociedad dominicana y que fue  promulgada de acechon  por Luis Abinader el 15 de enero. Ley  que obliga a todas las dependencias del Estado, instituciones privadas y personas físicas a entregar información  que supuestamente pueda afectar la seguridad nacional, pero que en el trasfondo solo busca coartar gran parte de  nuestras libertades y derechos fundamentales, plasmados en nuestra carta magna. En ese mismo orden se enmarcan los más recientes abusos cometidos contra un joven profesional de la prensa nacional y lo que es más grave, las vejaciones cometidas contra un profesional de la salud en Ocoa, quien valiéndose de sus derecho civiles ciudadanos levantó una pancarta, llamando al presidente a poner atención sobre males de salud que afectan a su provincia, acto que casi le cuesta la vida y que no pasó a causas mayores por la rápida respuesta de la sociedad activada y levantada a través de las redes sociales y otros medios de comunicación.

 

En esa misma tesitura se destapa también ahora que los senadores aprueban una nueva ley donde supuestamente controlarán las aglomeraciones y reuniones de determinados grupos  de personas, en conciertos, fiestas y otras actividades, lo que ya ha colocado al pueblo con ojo avizor, porque como siempre en el trasfondo es muy fácil intuir que con la misma solo se pretende coartar libertades que atenten contra los futuros y oscuros  planes del presidente, quien cada vez que somete o manda un proyecto de Ley al congreso nacional, esconde bajo la manga sus reales intenciones.

 

 Pero esto no se queda ahí, ayer mismo nos despertamos con un nuevo memorándum dictatorial dirigido a los militares retirados, a quienes se les prohíbe concurrir a los lugares en que se encuentre el actual mandatario; violentando con esto  varias leyes y derechos que le asisten;  primero como ciudadanos, a moverse de manera libre por donde quisieren y segundo el derecho que tienen los pensionados y militares retirados de portar sus armas, derecho adquirido y ganado con muchos  sacrificios en  los años de servicio prestados a la patria, a la que entregaron su juventud y los mejores años de sus vida. 

 

 En conclusión, por estas situaciones actuales aquí mencionadas y otras tantas crisis económicas sociales e institucionales provocadas por el mal manejo de las actuales autoridades, las que me tomarían tomos enciclopédicos escribir y detallarlas una por una; es que ha surgido este descontento general  de todo el pueblo dominicano; el descontento frustrante de un pueblo hastiado, desesperado e impotente que sobrevive  frente a la inclemencia de un gobierno que mata al pueblo de hambre, que está ligado hasta el cuello con el narcotráfico, que existe sumergido en la corrupción y  cuyo norte de su agenda descansa en el preámbulo hacia la instalación de una nueva dictadura. 

 

Ante este profundo descontento del pueblo dominicano, como cita textualmente el Doctor  Fernández, nuestro país cuenta con una esperanza de transformación en favor del progreso y el bienestar de todos, en especial de los más pobres. Esperanzas que el mismo  pueblo coloca en el partido Fuerza del Pueblo y su líder, el próximo Presidente Constitucional de todos los dominicanos Doctor Leonel Fernández.

 

 

 

Redacción
Author: Redacción

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