Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico ‘EL PAÍS’. Actualmente firma columnas en este diario y publica píldoras de opinión radiofónicas en ‘Hora 25’.

La reducción de presupuestos de las universidades públicas españolas puede tener, además de todo lo lo que ya han explicado multitud de expertos, otra consecuencia nefasta: dejar fuera a España de una corriente que empieza a dibujarse en Europa y que puede acarrear grandes beneficios. Se trata de la posibilidad de atraer a científicos radicados ahora en Estados Unidos y que están empezando a buscar trabajo fuera de esas fronteras. Están empezando a huir de Estados Unidos científicos europeos y latinoamericanos que en su momento acudieron en tropel a Estados Unidos atraídos por sus inversiones en investigación y por la libertad y riqueza de pensamiento que imperaba en sus centros universitarios.
Ahora la administración Trump ha anunciado importantes recortes de fondos federales para esas universidades y está obligando a introducir normas de censura de pensamiento, que van desde la imposibilidad de apoyar a Palestina o expresar la más mínima crítica a la actuación del gobierno israelí hasta la defensa de políticas de igualdad e inclusión. Universidades del Reino Unido, Alemania, Francia o México piensan en como ampliar sus presupuestos y abrir sus puertas a esos exiliados voluntarios, mientras que en España se transita la vía contraria: aquí no se contrata a nadie como profesor invitado y no se abren en las universidades programas de investigación capaces de atraer a esos científicos. Peor para nosotros.
Fuente: SER