
Jerusalén (EFE).- El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) ha denunciado que tanto tanques como francotiradores y otros uniformados del Ejército israelí abrieron fuego este pasado domingo contra la multitud que buscaba recoger el contenido de sus camiones de ayuda humanitaria en el norte de Gaza, lo que resultó en la masacre de 81 personas, según fuentes sanitarias del enclave.
«Poco después de cruzar el último punto de control más allá del cruce de Zikim hacia Gaza, el convoy (de 25 camiones) se encontró con enormes multitudes de civiles que esperaban ansiosas a acceder a los recursos alimentarios que necesitaban desesperadamente. Cuando el convoy se acercaba, la multitud que lo rodeaba quedó bajo fuego de tanques israelíes, francotiradores y otros disparos», señaló un comunicado del PMA.

El Ejército israelí no reconoce la cifra de víctimas
La organización lamentó profundamente el «trágico incidente» que resultó en la pérdida de «innumerables vidas».
En concreto, según las autoridades sanitarias gazatíes, fueron 81 los muertos en el tiroteo.
Por su parte, el Ejército israelí admitió haber lanzado «disparos de advertencia» y estar al tanto de que se habían producido bajas, pero aseguró que el número de muertos denunciado no se correspondía con la información con la que contaban sus fuerzas.
Preguntado por EFE qué cifra de fallecidos estima que causaron sus disparos, el Ejército no se pronunció.
«El violento incidente de hoy se produce a pesar de las garantías de las autoridades israelíes de que las condiciones de las operaciones humanitarias mejorarían; entre ellas, que las fuerzas armadas no estarán presentes ni se enfrentarán en ningún momento a lo largo de las rutas de los convoyes humanitarios», denunció el PMA.
La organización reiteró que «nunca» debe haber grupos armados cerca o en sus convoyes de ayuda.
Miles de personas en riesgo de desnutrición
Según el PMA, Unas 90.000 mujeres y niños necesitan tratamiento urgente por desnutrición en Gaza, mientras que una de cada tres personas no ha comido en días.
Durante casi tres meses (entre el 2 de marzo y el 18 de mayo), Israel bloqueó totalmente el acceso de cualquier bien a Gaza, incluidos alimentos, medicinas o combustible, lo que agravó notablemente la crisis humanitaria que asola a la Franja.
Aunque el 19 de mayo permitió el acceso de camiones de nuevo, este ha sido enormemente limitado y sometido a un sistema de reparto peligroso basado en puntos de distribución de la empresa estadounidense (con apoyo israelí) Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), en torno a los cuales han muerto por tiroteos cerca de mil personas.
Además, el norte ha quedado excluido de este sistema de reparto, por lo que la población consigue la ayuda asaltando los camiones de la ONU a su paso por las carreteras del norte, contexto en el que se produjo la masacre del domingo.