Por José Ricardo Taveras Blanco
CRDmedia
Si Donald Trump amenaza con tomarse Groenlandia “de un modo u otro” y quiere anexarse Canadá, ¿qué impide que los chinos se queden con Taiwán, que sí les perteneció en el pasado?
Si el tema es jugar a peleador callejero, a ser el “matatán” para decirlo en buen dominicano, cómo le impides a los chinos que asuman un rol agresivo en el pacífico que involucre a Japón y eventualmente Australia?
¿El chantaje nuclear de Putin, que no de los Rusos, justifica que el mundo se meta debajo de la cama, como si el problema se redujera a Ucrania? ¿Y Georgia? ¿Y Moldavia? La receta de Putin ha sido la misma en los tres lugares.
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No he visto a nadie desafiar el mundo y salir victorioso, los grandes estrategas eligen sus guerras y focalizan sus campos de batalla, la guerra nunca podrá ser urbi et orbi.
Si vives abriendo la boca más de la cuenta es previsible que los demás te enseñen que sus dientes también están afilados o tal vez te sorprendan con una mordida en el momento que menos lo esperes, de manera que cuando buscas la paz de una forma indecente, arrogante, extorsionando al que está de rodillas, tal vez seas tú el que termine provocando la guerra.
Me duele porque creo que Donald Trump está llamado a cumplir una misión a favor de la humanidad y Dios quiera que el estilo no termine arruinando el legado, sería una catástrofe que se estigmatice la confrontación del gobierno global y su miserable agenda anti valores por un manejo inapropiado del lenguaje y los deplorables modales del poder llamado a frenarlo. Que no olvide que muchas de sus iniciativas serán frenadas por la justicia, ya comenzó, que en dos años se renueva el congreso en una tercera parte y que si sus arriesgadas cartas salieren mal, puede que se pase dos años restantes peleando un posible juicio político, sin contar el riesgo de que en el camino le brinque un alacrán.
Author: Redacción
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