Pekín (EFE).- China volvió a elevar el tono contra Estados Unidos a raíz del proyecto de ley que aprobó el miércoles la Cámara de Representantes para prohibir la red social TikTok en el país norteamericano, algo deseado por la Casa Blanca y a lo que debe aún dar luz verde el Senado.
El proyecto, aprobado el miércoles con 352 votos a favor y 65 en contra, requiere que la empresa china ByteDance se desvincule de la aplicación de videos cortos TikTok, o de lo contrario esta plataforma será prohibida en el país.
Los legisladores argumentan que la plataforma representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos debido a la posibilidad de que el Gobierno chino acceda a los datos de los usuarios.
Hace unos días la comunidad de inteligencia de EE.UU. ya acusó a Pekín de haber usado TikTok para influir en las elecciones de medio mandato de 2022 y advirtió de que podría intentar interferir también en los comicios de noviembre este año por su deseo de “ampliar las divisiones de la sociedad estadounidense”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, avanzó hace unos días que “firmará” la orden necesaria para promulgar la ley si esta sale adelante.
“Esta ley colocaría a Estados Unidos en oposición a los principios de competencia justa” y a “las normas del comercio internacional”, contraatacó hoy desde Pekín el portavoz del Ministerio de Exteriores Wang Wenbin.
Según el portavoz, utilizar la seguridad nacional como pretexto para “oprimir a empresas extranjeras exitosas” es un “acto de injusticia” que “carece de equidad”.
Wang incluso a acusó a EE.UU. de adoptar una “lógica de bandidos”, buscando “apropiarse de los logros de otros por medios desleales”.
TikTok niega las acusaciones
El mismo jueves, la cartera de Comercio china instó a Washington a que proporcione “un entorno de inversión y operación abierto, justo y no discriminatorio” para las empresas extranjeras, en palabras del portavoz He Yadong.
“China tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus derechos e intereses legítimos”, advirtió el representante del Gobierno chino, que prohíbe en su territorio el uso de servicios estadounidenses como Google, Facebook, Instagram, X, WhatsApp o YouTube, entre muchos otros.
La única manera de sortear la “gran muralla virtual” creada por la censura oficial para acceder a esas aplicaciones es utilizar servicios VPN, en su mayoría de pago y que, en ocasiones, experimentan serias dificultades.
Por su parte, TikTok, una red social que cuenta con unos 170 millones de usuarios en EE.UU. y que se ha convertido en poco tiempo en una de las más populares del mundo, ha negado todas las acusaciones y afirmado que nunca ha compartido datos de usuarios con el Gobierno chino.
Su director ejecutivo (CEO), Shou Chew, expresó este jueves su “decepción” por el posible veto de la aplicación, algo que, aseveró, impactaría negativamente en las pequeñas empresas y pondría en peligro “más de 300.000 empleos estadounidenses”.
“También les quitará miles de millones de dólares de los bolsillos a los creadores y las pequeñas empresas. Pondrá en riesgo más de 300.000 empleos estadounidenses y les quitará su TikTok, y sabemos lo importante que es TikTok para todos ustedes”, afirmó el ejecutivo nacido en Singapur.
Una rivalidad que no cesa
El proyecto de ley llega después de que el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, afirmara hace justo una semana que las relaciones entre China y EEUU habían “mejorado”, si bien pidió a Washington que abandone lo que considera “tácticas para reprimir a China”.
“Si Estados Unidos dice una cosa y hace otra, ¿dónde está su credibilidad como país importante?”, remarcó entonces Wang.
La votación de la Cámara estadounidense se produce también pocos días después de que terminase la sesión anual del Legislativo chino.
En ella, China reiteró su apuesta por las bautizadas como “nuevas fuerzas productivas”, en referencia a la innovación y las nuevas tecnologías, para encontrar nuevos filones para su desarrollo.
Según los expertos, China se aplicará a fondo en este campos con la intención de posicionarse a la vanguardia a nivel global en este campo, algo que Estados Unidos no parece estar dispuesto a permitir.
Biden reiteró hace unos días en su discurso sobre el estado de la Unión que su enfoque hacia el gigante asiático está basado en la “competición, no el conflicto”, y que lo que está haciendo es “plantar cara a las prácticas económicas injustas de China”