Por Maguá Moquete Paredes
El autor es periodista y politólogo.
Hemos nacido con la palabra, para la palabra, en la palabra, en religiosa escucha la palabra”, Santiago Alberione Allocco, nacido de Teresa Rosa Allacco y Miguel Alberione (en italiano Santiago es Giacomo), fue un sacerdote italiano fundador de la Familia Paulina y de la Sociedad Bíblica Católica Internacional.
Apóstol de los medios católicos (periodista), escritor, editor y teólogo. Desde su infancia valoró mucho como referente a Juan Bosco, José Cafasso, José Benito Cottolengo y León XIII. En 1895 entró al “Istituto Comprensivo Sebastiano Taricco Cherasco”, que era mixto.
Fundador, periodista y protector, el beato Alberione, en su oración inicial: “Señor Jesús, glorifica, haz que sea para nosotros ejemplo e intercesor en el itinerario de la santificación y la entrega al apostolado. Abre nuevos caminos a la evangelización, para que la presencia de Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida se irradie en todo el mundo por medio de María, Madre y Reina de los apóstoles. Concédeme también, por intercesión de tu siervo, las gracias que ahora te pido.”
El beato Alberione Allocco nació el 4 de abril del 1844 en San Lorenzo di Fossano, (Cuneo), Italia.
La noche que dividió los dos siglos, tuvo una fuerte experiencia religiosa mediante largas horas de adoración a la eucaristía en la Catedral de San Lorenzo (Catedral de Alba), sus diócesis; gobernaba la iglesia León XIII y él tenía entonces 16 años.
Lo primero de ellos: la prensa, por mandato de su obispo asume la dirección del periódico diocesano Gazzettad’Alba, que luego compra y así inicia ese largo y amplio camino de poner a todos a predicar a Jesucristo, con los medios más rápidos y eficaces: prensa, cine, radio, televisión, internet, y más…, y hoy vemos concretados en sus fundaciones religiosas, y en el amplio apostolado ejercido en la comunicación social. Modelo y protección de toda esta fulgurante y apasionante actividad que es el apóstol San Pablo, con su vida y sus epístolas de quien monseñor Wilhelm Emmanuel Freiherrvon Ketteler, obispo de Maguncia, ciudad de Alemania, decía que “si San Pablo viviera hoy sería periodista”.
Y hoy en pleno siglo XXI, con la riqueza infinita que posee la humanidad en medios comunicacionales, es apenas lógico que la Iglesia vea en ellos unos medios maravillosos y urgentes para seguir enunciando al pueblo, el evangelio de Jesucristo. Prueba de ello, son los muchos documentos que han entregado los pontífices de estos dos últimos siglos.
En este contexto, Aristelio Monroy Hurtado, de la sociedad de San Pablo, se une en oración de acción de gracias por la vida y ministerio. Este insigne reverendo colombiano es recordado como un hombre con alto sentido del servicio y apasionado por el tema de las comunicaciones, lo que le permitió hacer un gran aporte a ese saber en la Iglesia de su país, y donde compartió su gran testimonio y ministerio sacerdotal, vivencial e inspiración del beato Alberione Allocco.
Tenemos que colegir, que Aristelio Monroy Hurtado, Novena al beato Santiago Alberione, página 24, nos declara que: “Al contemplar el nacimiento y rápido crecimiento de la internet, en el 2003 se inició en Italia un gran sondeo mundial de opinión entre todos los comunicadores sociales; se desarrolló en tres etapas, contestaron comunicadores de Italia, Estados Unidos de América, Francia, España, Polonia, Brasil…, se asegura que participaron unas 91 naciones. Entre los santos preferidas estuvieron: San Juan Bosco, San Francisco de Asís, San Miguel Arcángel, entre otros.
Alberione Allocco, llama la espiritualidad Paulina que brota de la Biblia y que se concreta en la devoción a Jesucristo Maestro, Camino, Verdad y Vida, a María Santísima, Reina de los apóstoles ya San Pablo el apóstol de las gentes, y que está con base de sus apóstoles. Lo movió todo, lo iluminó todo, y todo lo alimentó; fue guía, ecónomo, defensor, apoyo en cualquier parte en donde se estableció la Familia Paulina.
El 26 de noviembre del año 1971, una hora después de que lo visitara el papá Pablo VI, falleció en Roma el padre Santiago Alberione Allocco.