Por: Altagracia Salazar.
Chiricuí va a cumplir tres meses de coerción en San Pedro de Macorís tras admitir que su robo de alambres en la terminal de Las Americas provocó la suspensión de operaciones del aeropuerto de la Capital dominicana por más de cinco horas.
Chiricuí junto a Cochín y Esmaylin violaron la seguridad que se espera de una terminal áerea, identificaron donde estaban los controles y no se sabe cuantos metros de alambre se robaron porque no lo dicen las informaciones de prensa.
Es justo el cuento de la pasola robada en Bonao que llevó a que todos los policías de Villa Altagracia le dispararan a una pareja que viajaba en el carro más común de la República Dominicana en estos momentos. Nadie creyó el cuento de la pasola y nadie cree el cuento de Chiricuí aunque ambos sean verdad.
Cuanto explotó el caso Baninter, Vincho Castillo defensor de los estafadores intentó convencer al país de que la culpa no era del ladrón sino del guachimán que no cuidó bien. Por suerte no convenció a los jueces.
Yo no sé quien tenía que cuidar los cables del aeropuerto, tampoco sé quien le dijo a Chiricuí que el jefe de seguridad se iba temprano ese día porque tenía una jugada. Lo que sé es que no ayuda a la causa del país insistir en que cualquier bigañuelo entra a un aeropuerto dominicano y le apaga las luces de la pista.
Aquí se robaron una turbina de avión y que yo sepa no pasó nada, se robaron un avión en el Higüero y el imputado murió después pero por nada que tuviera que ver con el avión.
Esta población espera datos más convincentes o de lo contrario habrá que entrar y salir del país con Ramón Viajes que ya anuncia sus servicios por Instagram desde Miches hasta Aguadilla en yolas seguras y con no mas de 10 pasajeros.