Por Juan Manuel Morel Pérez CRDmedia
Gracias a la constitución del 2010, nuestro Sistema de Seguridad y Defensa, adquirió rango constitucional, además de que se creo el Consejo de seguridad y defensa, mandando su regulación, por un acto administrativo del poder ejecutivo, además da mandato de la organización mediante norma legislativa del Sistema Nacional de inteligencia.
Antes de entrar en terreno, es importante precisar que unas de las incomprensiones en la materia es la confusión que existe entre inteligencia e investigación, para muchos se tratan de dos elementos parecidos o iguales, no siendo así porque la investigación hace parte de la inteligencia, toda vez que es la confirmación científica, de una información o acontecimiento, cuya finalidad es producir conocimiento útil para la producción de inteligencia y esta última Tradicionalmente se ha definido como el proceso de planeación, búsqueda y verificación, evaluación- análisis y difusión de la Información; universalmente se ha validado este concepto, pero creo que debemos aportar una definición acorde al trabajo que hoy día se desarrolla la Inteligencia debe ser vista como una disciplina dentro del sistema de seguridad y defensa, mediante la cual a través de un proceso de planeación, análisis, recolección y utilización de información con la que se anticipa por cualquier medio a las amenazas y riesgos que puede ser objeto el estado y la consecución de los objetivos nacionales y a través de la misma se proporciona la estabilidad de las expresiones del poder nacional y la seguridad geoestratégica.
La historia de la utilización de la inteligencia en nuestro país, es tan antigua como los pobladores originarios El uso de la inteligencia por parte de los tainos, quienes para protegerse, producían lo que hoy conocemos como inteligencia a través de Nitaínos, quienes hacían vigilancia para evitar incursiones de otras razas como los Caribe, luego para el proceso de independencia La trinitaria y filantrópica fueron organizaciones de contrainteligencia para evitar que la inteligencia haitiana descubriera el proyecto independentista
Saltando la barra del tiempo y llegando a nuestros tiempos, en el espacio de 1930-1961, cuando el país fue el escenario de la más cruel dictadura de Latinoamérica, esta sustentó su sostenimiento y eliminación de amenazas a través del temido Servicio de inteligencia Militar, que era una organización militar y parapolicial encargada de realizar investigaciones, apresamientos y torturas. Al caer la dictadura el SIM asume el nombre de Agencia Central de Información, mediante el Decreto Núm. 6828, del año 1961, dependiente de la Secretaría de Estado de Interior y Cultos, como se denominaba en ese entonces la Secretaría de Estado hoy Ministerio de Interior y Policía.
En el año 1962, mediante el Decreto Núm. 7645, se denominó a la Agencia Central de Información, Dirección de Seguridad Nacional, creando el cargo de Director de Seguridad Nacional. Durante el Gobierno del Triunvirato, se promulgó la Ley Núm.196 del año 1964, anulando la Dirección anterior y creando el Departamento Nacional de Investigaciones, bajo la dependencia del Poder Ejecutivo, hasta 1978, surge un acontecimiento histórico para la historia de la inteligencia dominicana, fue la aprobación de la ley que crea el Departamento Nacional de Investigaciones, (DNI), que aunque es una estructura de inteligencia estrategia que emplea inteligencia humana mixta (civil, policiaco-militar) al momento de su aprobación (a vapor) se establece como órgano dependiente de las fuerzas armadas, esto para evitar “que los comunistas” que llegarían al poder por una alianza de la izquierda con la social democracia, tomaran el control del principal órgano de la inteligencia dominicana, desde entonces es la cabeza del subsistema de inteligencia estratégica y es visto como un poderoso órgano que puede hacer “·saltar” a cualquiera.
La inteligencia dominicana a raíz de que era utilizada como un instrumento político ha tenido un conjunto de distorsiones una de ella es la confusión entre información, investigación e inteligencia, además que su empleo era para reprimir o intimidar personas, todo esto se le suma su nivel de desorganización y no es hasta la década de 1990, a partir de la designación del Mayor General Ramon Alcides Rodríguez Arias, quien había sido jefe de la Policía y pasa a ocupar el rol del director del DNI, siguiendo la tradición institucional de que los ex jefes de la policía que gozan de liderazgo investigativo y confianza con el ejecutivo, saben gerencial la seguridad nacional, es que comienza a organizarse de manera conjunta en sus tareas y apoyos, creándose entre otras cosas “la mesa de inteligencia” y asume el papel gerencial de coordinación.
La realidad hoy día es que bien es cierto que contamos con una ambiciosa mancomunidad de inteligencia; en el subsistema estratégico (DNI), el subsistema militar tiene mas de cinco agencias (J2, A2,M2, G5, C5i, mas una a por cada cuerpo de seguridad -CESFRONT, CESAC, CECOM, CESMET y CESEP), el subsistema delictual criminal, cuenta con 3 organismos (DINTEL, DICRIM y DNCD) más el ministerio público que dentro de sus investigaciones se apoya de la inteligencia de este subsistema. El gran reto es coordinar todos esos espacios en un solo interés, además frenar las rivalidades entre el mando y la utilización del producto y operatividad a un fin ajeno a lo que busca la inteligencia, porque el el proceso de producción cada ente de la mancomunidad trata de manera individual su uso y trata de manera separada hacerla llegar a los tomadores de decisión, produciendo competencias desleales en la fase de distribución de ese producto estratégico.
Pero la más grade falencias del sistema es la ausencia de una legislación que lo organice , la cual podría de manera compacta también regular el Departamento Nacional de Investigaciones y en vez de tener dos normas concentrarlas en una y que en la misma se defina el rol con el consejo de seguridad y defensa. El otro punto débil que cuenta nuestra mancomunidad de inteligencia es que no existe o no ha sido vista como una política de estado, ya que su operatividad, planeación y ejecución se mueve como un péndulo de acuerdo a la ideología y superestructura política que dirija el poder ejecutivo y establecer un perfil para la dirección del organismo rector del subsistema estratégico, ojala que estas olas de reformas y m modernización de los órganos de seguridad y defensa, nos permitan producir un debate sobre el rol de la inteligencia dominicana, desarrollarlo un FODA y darnos un Sistema Nacional de Inteligencia, bajo la rectoría de alguien que no sea ajeno al mismo, sobre todo con expertis real en seguridad y defensa, investigaciones, combate a la criminalidad y que traduzca una confiabilidad a los tomadores de decisión y las distintas expresiones del poder nacional, se comience en el país a producir Inteligencia, abandonando el chisme, así como la vulneración de Derechos Humanos y para eso no necesitamos la lampara de Diógenes, apostemos de nuevo a la meritocracia y lo encontraremos