Washington (EFE).- El supermartes, la jornada más importante del proceso de primarias de los dos grandes partidos de EE.UU., dejó claro que el republicano Donald Trump y el presidente demócrata, Joe Biden, serán los nominados de sus partidos para disputar las elecciones generales de noviembre, que apuntan a una contienda bronca y que puede decidirse con márgenes muy estrechos.
Trump, el único contendiente de primarias con una rival sustantiva, demostró este martes que la exembajadora de la ONU, Nikki Haley, difícilmente podrá competir contra él en la convención republicana de julio al superar hoy los 900 delegados y acercarse irremediablemente a los 1.215 que aseguran la nominación.
Haley acumula 53 delegados y solo ha conseguido imponerse a Trump en el estado de Vermont y el Distrito de Columbia, con lo que, si la tendencia se mantiene, el magnate neoyorquino podría proclamarse ganador matemáticamente la semana que viene.
Trump se hace con Texas y California
Trump se hizo esta noche con las dos grandes cestas de delegados: la mayoría de los 161 delegados de Texas, al obtener el 78 % de los votos, y con los 169 de California, con más del 70 % del escrutinio.
En otros estados del sur Trump mantuvo unos márgenes abismales, con el 84 % de Alabama o el 77 % de Arkansas, mientras que en estados clave en noviembre como Virginia (63 %), Carolina del Norte (75 %) o Minnesota (68 %), marca un dominio entre los conservadores de Estados Unidos inédito en décadas.
Puntos débiles de Trump
No obstante, los resultados muestran también los puntos débiles de Trump, que tiene frente a él en estados como Colorado o Virginia -más urbanos, moderados y diversos- a un tercio del electorado conservador, un porcentaje que es incluso más abultado entre las mujeres.
La últimas encuestas dan mejores resultados a Haley en una hipotética contienda presidencial contra Biden, frente a la intención de voto para Trump, algo que demuestra que hay gran número de indecisos a ocho meses de las elecciones y que si quiere ganar el expresidente republicano debe atraer a un electorado de centro, incluido el electorado afroamericano e hispano.
No es la economía, estúpido
Pese a que Biden, que este martes dominó una primarias sin rivales de talla con porcentajes por encima del 80 % en casi todos los estados, encara la campaña con una buena situación económica en Estados Unidos, el presidente no parece que vaya a poder dar protagonismo al eslogan de Bill Clinton en la campaña de 1992.
Trump ha conseguido poner en el centro del debate la inmigración y en su discurso de la victoria desde Mar-a-Lago (Florida) habló casi en exclusiva de ello, echando mano de bulos e imprecisiones sobre el influjo de inmigrantes indocumentados.
“Quieren fronteras abiertas y las fronteras abiertas van a destruir nuestro país. Necesitamos fronteras y necesitamos elecciones libres y justas”, afirmó el político de 77 años, quien a día de hoy sigue sembrando dudas sobre las presidenciales de 2020 que ganó Biden.
Satisfacción de Trump, alerta de Biden, silencio de Haley
El expresidente republicano consideró que los resultados de este martes son “concluyentes”. En un discurso desde su mansión de Mar-a-Lago, sostuvo que la noche había sido “increíble” y subrayó que en estos último tres años, por culpa de su oponente, el país ha recibido “una gran paliza”.
Biden, por su parte, alertó de las consecuencias de que Trump siga ganando fuerza: “Está impulsado por el resentimiento y el engaño, centrado en su propia venganza y retribución, no en el pueblo estadounidense. Está decidido a destruir nuestra democracia”, dijo de este, apuntando que el voto demócrata apuesta por un EE.UU. “libre y justo”.
Quien no se pronunció fue la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, la única que queda en la liza republicana contra Trump, que el fin de semana se impuso en el Distrito de Columbia y que este martes se anotó su única victoria en Vermont, estado que asigna 17 delegados republicanos.
Gaza, telón de Aquiles de Biden
Biden vislumbró este martes el impacto que puede tener en noviembre el voto de castigo por su apoyo a Israel y su tibia condena a la ofensiva de ese país sobre la Franja de Gaza.
La papeleta en blanco se colocó en segundo lugar en estados como Alabama o Tennessee, con porcentajes preliminares que en el primer caso llegaron al 5,7 % y en el segundo al 10,1 % y que se suman al 13 % de estados como Michigan, con un alto porcentaje de población árabe, en las primarias de la semana pasada.
Además, como pudo constatar EFE en los centros de votación este supermartes, la apatía de los jóvenes en este proceso de primarias a la hora de movilizarse por el octogenario presidente se hace patente en las urnas y puede repetirse en noviembre.
El voto de castigo al presidente estadounidense llegó a rozar este supermartes el 20 % en estados como Minnesota.