El precio de la luz baja un 20% al estrenar el tope del gas

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La ola de calor ha provocado que los consumidores vean con desolación que los precios han vuelto a subir tras una bajada histórica. En este artículo explicamos por qué han vuelto a subir los precios pese a la implementación del tope del gas.

España.

Un estreno muy prometedor

Un sentimiento agridulce se ha instalado durante la primera semana de la implementación del tope al precio del gas natural en la subasta del mercado mayorista de electricidad, ya que la ola de calor ha subido la demanda energética varios puntos, por lo que ya no es tan visible esta bajada. Pero, sin el componente de la ola de calor, ¿podemos decir que ha habido una bajada de precios?

Si atendemos a los resultados del primer día del famoso tope del gas, podemos decir sí rotundamente. Durante el miércoles 15 de junio los precios para los clientes del mercado regulado que han contratado la tarifa PVPC (Precio voluntario para el pequeño consumidor) bajaron hasta un 22,6%, cifra que si trasladamos en dinero supone un montante de 49 euros. Nada mal para un estreno. Este fue el primer efecto de la llamada «excepción ibérica».

De esta forma el precio de la luz pasó de los 214 euros por MWh a los 165 euros por MWh, tal y como se reflejó en los resultados del OMIE ( Operador del Mercado Ibérico de Energía). Aunque a este precio hay que sumarle la compensación que se debe pagar a las eléctricas por la pérdida del coste de oportunidad a causa del tope del gas, se puede inferir que por el momento los consumidores se han ahorrado diez euros netos si lo comparamos con la situación producida en el caso de que no existiera este tope. Una predicción menor de la que el Gobierno esperaba.

La ola de calor se ha llevado los planes por delante

Una ola de calor es un fenómeno meteorológico de al menos tres días seguidos en que como mínimo el 10 % de las estaciones destinadas a ello registran temperaturas máximas por encima del 95 % de la serie de temperaturas máximas diarias de los meses de verano de entre los años 70 y el inicio del siglo XIX. Siguiendo esta definición, podemos decir que efectivamente Europa está viviendo una ola de calor.

Y si nuestros vecinos europeos la sienten, en España puede ser de proporciones enormes. Las temperaturas se han incrementado entre 5 y 7 grados, alcanzando los 48 grados centígrados de máxima en algunos puntos de España, lo que también ha sido un caldo de cultivo que ha multiplicado los incendios forestales. Todo esto lógicamente ha acabado provocando que los consumidores utilicen más el aire acondicionado para poder aclimatar su casa y, como consecuencia, la demanda eléctrica se ha disparado. Concretamente la demanda energética ha subido un 30%.

¿Y qué sucede cuando la demanda eléctrica se dispara y además por una ola de calor no hay viento? Que se dispara también la generación de electricidad mediante gas natural, por lo que suben los precios de la luz. Pero, ¿no iba el tope del gas impedir que los precios de esta materia prima subieran más todavía? El problema es que cuanto más gas natural se usa para crear energía más grande es la compensación que se debe pagar a las compañías de luz por la diferencia entre el precio regulado y el de mercado.

Entonces, ¿esto significa que la medida tomada por el Gobierno no funciona? Esta afirmación tiene trampa ya que se están comparando dos precios de la luz que en realidad no tienen mucho que ver. A continuación vamos a explicar donde está el truco y por qué podemos afirmar que el tope del gas sí está funcionando.

Fuente: CompaÑias de Luz

Redacción
Author: Redacción

Medio digital de comunicación de República Dominicana

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