Por José Ricardo Taveras Blanco
CRDmedia
Da pena el deprimente espectáculo de compra-venta de la actual campaña electoral, la expresión más grotesca de nuestra degradación moral, no se trata de la política, se trata de la sociedad, porque todo cuanto han torcido los malos políticos ha sido posible gracias a la indiferencia de todos, ya no nos asombra nada, las cosas ocurren frente a nuestros ojos sin que hayan instancias morales que las frenen, todos sedados, muchos de los llamados a alertar guardan el “conveniente” silencio de los que en ocasiones se satisfacen con las migajas que logran recoger del piso, esas mismas con que sepultan su dignidad, palabra tan extraña en la conducta de nuestros tiempos.
¿Dónde iremos a llegar?
Deprimente la defensa que hacen los soldaditos digitales del gobierno a este comentario, se conforman con decir que antes ocurrió lo mismo, no pienso discutirlo, sin embargo, además de que el operativo de compra-venta actual tiene una magnitud nunca vista, a ellos se les olvida que los del pasado no fueron los que vendieron el cambio, que el cambio lo vendió Luis Abinader y su PRM, que al admitir que se repiten los vicios del pasado están dándome la razón, lo cual agradezco.
La crítica aquí es sana y aspira a cooperar con la rectificación, de ahí que me apene la intolerancia y el tumba polvismo con que a veces se rebate.
Author: Redacción
Medio digital de comunicación de República Dominicana
