LA NIÑEZ VIVE POBREZA ALIMENTARIA

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POBREZA alimentaria: desafíos y soluciones para los niños y niñas
Niño desnutrido.

Por Dr. Amín Cruz

“Los niños y niñas que viven en condiciones de pobreza alimentaria grave están en una situación límite”, Catherine Russell, directora de UNICEF.

En todo el mundo, millones de progenitores y familias tratan de proporcionar a los niños y niñas pequeños los alimentos nutritivos y variados que necesitan para crecer, desarrollarse y aprender al máximo de sus posibilidades. Las crecientes desigualdades, los conflictos y las crisis climáticas, combinados con el aumento de los precios de los alimentos, la sobreabundancia de alimentos no saludables, las estrategias nocivas de comercialización de alimentos y las malas prácticas de alimentación infantil están condenando a millones de niños y niñas a la pobreza alimentaria.

  • 4 de cada 5 se alimentan únicamente con leche materna o productos lácteos, o un alimento básico rico en almidón (arroz, maíz o trigo).
  • Menos del 10% se alimenta de frutas y verduras.
  • Menos del 5% de alimentos ricos en nutrientes como huevos, pescado, aves y carne.

La pobreza alimentaria infantil: Se trata de la situación en la cual los niños y niñas no pueden obtener ni consumir una alimentación nutritiva y variada para mantener un crecimiento y un desarrollo óptimos en la primera infancia y en etapas posteriores.

Para definirla hay que tener en cuenta las categorías de pobreza alimentaria infantil. En este sentido, si se alimenta a los niños y niñas con:

  • 0-2 grupos de alimentos/día: situación de pobreza alimentaria infantil grave.
  • 3-4 grupos de alimentos/día: situación de pobreza alimentaria infantil moderada.
  • 5 o más grupos de alimentos/día: no viven en situación de pobreza alimentaria infantil.

Un nuevo informe de UNICEF analiza las causas y repercusiones que tiene la privación alimentaria entre la población mundial más joven, en casi 100 países, según el nivel de ingresos.

Entre las causas, cabe destacar:

  • El impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19.
  • Los efectos de las crecientes desigualdades.
  • Los conflictos.
  • La crisis climática.

En su conjunto, han contribuido a elevar el precio de los alimentos y el coste de la vida a niveles sin precedentes. 

  • A su vez, diversos factores están agravando la crisis de pobreza alimentaria infantil, entre ellos:
  • Unos sistemas alimentarios que no proporcionan a los niños y las niñas opciones nutritivas, seguras y accesibles.
  • La incapacidad de las familias para permitirse una alimentación nutritiva.
  • La incapacidad de los progenitores para adoptar y mantener prácticas de alimentación infantil positivas.

En muchos contextos, las bebidas azucaradas y los alimentos ultra procesados, que son más baratos, bajos en nutrientes y no saludables, se comercializan con estrategias agresivas y son la nueva normalidad en la alimentación infantil.

Una alarmante proporción de niños y niñas que viven en condiciones de pobreza alimentaria consumen estos alimentos y bebidas no saludables que desplazan de sus regímenes alimentarios a otros productos que son más nutritivos y saludables.

Situaciones graves como la desnutrición o una delgadez extrema pueden conducir a la muerte.

Y si estos niños sobreviven y crecen, “no prosperan”. Les va peor en la escuela, y de adultos les cuesta más ganarse la vida, lo que mantiene el ciclo de pobreza de generación en generación”, prosiguió Torlesse.

“El cerebro, el corazón y el sistema inmunitario, que son importantes para el desarrollo y la protección contra las enfermedades, dependen de las vitaminas, los minerales y las proteínas”, insistió la experta en nutrición.

“Ahora mismo, es la realidad de millones de niños y niñas pequeños y esto puede tener repercusiones negativas irreversibles para su supervivencia, crecimiento y desarrollo cerebral”, añade Russell.

De los 181 millones de niños y niñas que se encuentran en situación de pobreza alimentaria grave, el 65% se concentra en solo 20 países. Alrededor de 64 millones de niños y niñas afectados están en Asia Meridional, y 59 millones en África Subsahariana.

En Somalia, por ejemplo, un país afectado por los conflictos, las sequías y las inundaciones, el 63% de los niños y niñas viven en situación de pobreza alimentaria infantil grave y, en las comunidades más vulnerables, más del 80% de los cuidadores declararon que sus hijos no habían podido comer durante un día entero.

En la Franja de Gaza, meses de hostilidades y restricciones a la ayuda humanitaria han provocado el colapso de los sistemas alimentarios y de salud, con consecuencias catastróficas para los niños y las niñas y sus familias. Recientemente, se constató que nueve de cada diez niños y niñas de la Franja se encuentran en situación de pobreza alimentaria grave y sobreviven con dos o menos grupos de alimentos al día. Todo ello demuestra el terrible impacto que el conflicto y las restricciones están teniendo sobre la capacidad de las familias para atender las necesidades alimentarias de sus hijos, y de la velocidad a la que esta realidad pone a los niños y niñas en riesgo de desnutrición potencialmente mortal.

Cerca de la mitad (46%) de los casos de pobreza alimentaria infantil grave se da en hogares pobres en los cuales es probable que la limitación de los ingresos familiares sea uno de los principales impulsores, mientras que el 54 % esto es, 97 millones de niños y niñas vive en hogares relativamente más ricos, en los que los entornos alimentarios precarios y las malas prácticas alimentarias son los principales factores que determinan la pobreza alimentaria en la primera infancia.

El progreso para acabar con la pobreza alimentaria infantil es lento, pero existen algunos casos de notable éxito:

  • En Burkina Faso la prevalencia de la pobreza alimentaria infantil grave se redujo a la mitad al pasar del 67% en 2010 al 32% en 2021.
  • En Nepal, se redujo desde el 20% en 2011 al 8% en 2022.
  • En Perú, la tasa se ha mantenido por debajo del 5% desde 2014 pese a un prolongado período de declive económico.
  • En Ruanda, pasó del 20% en 2010 al 12% en 2020.

Para poner fin a la pobreza alimentaria infantil, desde UNICEF hacemos un llamamiento a los gobiernos, las organizaciones humanitarias y de desarrollo, los donantes, la sociedad civil y la industria de alimentos y bebidas para, de forma urgente:

  • Transformar los sistemas alimentarios de manera que los alimentos nutritivos, diversos y saludables sean la opción más accesible, asequible y deseable para los cuidadores a la hora de alimentar a los niños y niñas pequeños.
  • Aprovechar los sistemas sanitarios para prestar servicios esenciales de nutrición con el fin de prevenir y tratar la desnutrición en la primera infancia y asesorar a progenitores y familias sobre prácticas de alimentación infantil y cuidado de niños y niñas.
  • Activar la protección social para abordar la pobreza de ingresos a través de la concesión de transferencias sociales (dinero en efectivo, vales y alimentos), de forma que respondan a las necesidades alimentarias y nutricionales de los niños y niñas vulnerables y sus familias.

A nivel mundial, al constatar un “progreso lento” en los últimos diez años en la lucha contra la pobreza alimentaria, el informe pide la introducción de mecanismos de protección social y ayuda humanitaria para los más vulnerables.

Estos productos son a menudo “baratos, pero también muy calóricos, muy salados y grasos.

Llenan el estómago y quitan el hambre, pero no aportan las vitaminas y minerales que necesitan los niños.

Las dietas deficientes, caracterizadas por un exceso de azúcar y sal, son una de las principales razones detrás de la pobreza alimentaria, por lo que la escasez de alimentos que sean “nutritivos, seguros y accesibles” como otro factor crucial en esta problemática. Los productos dulces o salados, a los que los niños toman el gusto desde muy temprano, y potencialmente para toda su vida, favorecen la obesidad.

Además, la crisis climática, con cada vez más frecuentes olas de calor extremo, sequías e inundaciones, es otra de las amenazas a la cadena alimentaria que repercute en los menores. Además, el impacto de la crisis climática a través de olas de calor extremo, sequías e inundaciones es cada vez más frecuente, lo que representa una amenaza adicional para la seguridad alimentaria de los niños.

“A los niños que viven en la pobreza alimentaria se les niega su derecho fundamental a una alimentación nutritiva y a una vida digna, este problema “representan el fracaso del mundo a la hora de hacer que alimentos y dietas nutritivas y diversos estén disponibles y sean asequibles para los niños más pequeños y sus familias.” Myo Zin Nyunt, director regional adjunto de Unicef para Asia Oriental y el Pacífico. 

 

Dr. Amín Cruz CEO presidente, fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa y del Congreso Mundial de Prensa, Padre embajador del Periodismo Hispanoamerico

 

Redacción
Author: Redacción

Medio digital de comunicación de República Dominicana

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