Por Redacción
CRDmedia
En el dinámico escenario político dominicano, las elecciones del 2020 y las próximas del 19 de mayo de 2024, han marcado y marcarán respectivamente, puntos de inflexión en la percepción pública de la integridad periodística. Es por ello que al día de hoy vemos a figuras como la de Kalil Michel, lanzando críticas al comunicador José Laluz en el programa “Gobierno de la Mañana” de z101 digital, por su controvertida decisión de apoyar a Luis Abinader en su reelección.
Las elecciones de 2020 despojaron de “los pergaminos de la verdad” a varios comunicadores y programas de televisión. Estos medios y personalidades, que alguna vez fueron considerados baluartes de la verdad y la objetividad, se vieron envueltos en controversias que cuestionaron su imparcialidad ante los ciudadanos que una vez creyeron en ellos.
Ahora, nos enfrentamos a las elecciones de 2024, que prometen llevarse consigo a la generación que debió servir de relevo a la anterior. José Laluz, quien tras ser un crítico acérrimo de Luis Abinader en las elecciones de 2020, ha dado un giro inesperado al ofrecer su apoyo al actual presidente y candidato presidencial del PRM. Este cambio de postura, anunciado en el Salón Península de Blue Mall, ha generado diversas interpretaciones sobre la autenticidad de las voces mediáticas y su influencia en el proceso democrático.
La pregunta que surge es: ¿Con cuáles voces no comprometidas contaremos en las elecciones de 2028? La respuesta no es sencilla. La credibilidad se construye con el tiempo y se basa en la consistencia y la transparencia. Los comunicadores y los medios de comunicación tienen la responsabilidad de mantenerse fieles a estos principios para ganarse la confianza del público.
A medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, es imperativo que los ciudadanos ejerzan un escrutinio crítico sobre la información que reciben. Solo así podrán tomar decisiones informadas y contribuir a un futuro político más transparente y menos polarizado. La integridad de las voces mediáticas será crucial para guiar a la República Dominicana hacia un horizonte de verdadera democracia y libertad de expresión.