
París (EFE).- Un paro sorpresa de controladores aéreos franceses este sábado, dentro de la protesta contra la reforma de las pensiones del Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, ha obligado a la anulación de la mitad de los vuelos programados esta tarde en el aeropuerto parisino de Orly.
La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) explicó en un comunicado que, tras constatar que había «un cierto número de huelguistas» en Orly, ha pedido a las compañías aéreas que reduzcan en un 50 % su programa de vuelos a partir de las 13.00 locales (12.00 GMT) durante la jornada de hoy.
La DGAC ha reconocido que, además de esas cancelaciones, se prevén «perturbaciones y retrasos», y ha sugerido a los pasajeros que lo puedan a que aplacen sus viajes y se informen con sus aerolíneas para saber si sus trayectos se mantienen o no y en qué condiciones.

Varios sindicatos de funcionarios han formalizado convocatorias de paros durante varias semanas contra la reforma de las pensiones, y luego los empleados pueden acogerse y hacer huelga o no.
El problema en este caso, que explica que no se hubiera comunicado por anticipado el impacto que iba a tener este sábado, es que las centrales sindicales dentro de la DGAC no habían hecho llamamientos específicos para la jornada de hoy.
Por eso la dirección de los controladores no había activado el dispositivo de los servicios mínimos.
Orly es el segundo aeropuerto en importancia de Francia, después de Charles de Gaulle, también en París. Las compañías que
operan allí vuelan principalmente a destinos en países del sur de Europa (como España o Italia), y en general de la cuenca mediterránea, así como a diversas ciudades francesas.
Nueva jornada de protestas contra la reforma de pensiones de Macron
Los sindicatos franceses han convocado hoy una nueva jornada de manifestaciones contra la reforma de las pensiones del presidente, Emmanuel Macron, la cuarta desde el inicio de la protesta el 19 de enero, con la que quieren demostrar una mayor capacidad de movilización y sin fisuras.
Por primera vez en este pulso entre todas las centrales sindicales y el Gobierno, las cerca de 250 protestas previstas por todo el país se organizan en sábado para permitir también a muchos trabajadores que no habían podido manifestarse en días laborables sumarse al movimiento, con el objetivo de superar un millón de personas en las calles.

Además, en esta ocasión apenas se han organizado huelgas y eso debería facilitar los desplazamientos para acudir a las marchas y superar así ampliamente las cifras del pasado martes, que marcó un ligero retroceso en la participación, con 757.000 manifestantes según la policía (dos millones, de acuerdo con la Confederación General del Trabajo, CGT).
Los líderes de las centrales también han avisado de que tienen intención de paralizar el país el 7 de marzo si sigue adelante el proyecto de ley de las pensiones, que pretende en primer lugar retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 años actualmente a 64.