Por Wenzel Musset Lorenzo
Yo siempre he dicho que en política, los jóvenes de hoy terminan siendo los corruptos del mañana. Casi siempre, el dinosaurio político que no se quiere bajar del palo o despegarse de la teta del Estado, comenzó su caminar político cómo un joven entusiasta hace un par de décadas, criticando a sus antecesores y vendiéndose cómo un mesías que haría las cosas diferentes. Cómo hombre observador de la política qué soy, se que es una vil mentira, por esto me veo en la obligación de escribir una serie de artículos señalando la hipocresía, incongruencias y desatinos de la mal llamada “nueva política”.
Si algo tiene la nueva política, es que perfecciona los métodos y la mediocridad de la vieja política, por ejemplo, vemos cómo las bocinas ahora se convierten en funcionarios y así mismo, las botellas han evolucionado, ahora son activistas que asesoran y trabajan con el gobierno, poniendo a su disposición sus pocos o nulos conocimientos a cambio de un pago mensual, el cual dicen es por el bien del país y aceptan ese dinerito por su amor patriótico.
Las botellas comunes y corrientes de 50 mil pesos, son de la vieja política, ahora son los botellactivistas, estos héroes que trabajan desinteresadamente por la nación ( por un pago de 200 mil pesos o dietas y remuneraciones por debajo de la mesa) gente que lucharon por causas nobles, en contra del mismo gobierno, que gritaron a los cuatro vientos que el Estado es opresor, pero al parecer el Estado es opresor mientras están negociando el precio de su activismo y no se han puesto de acuerdo.
La mayoría de los botellactivistas salieron de las protestas de la plaza de la bandera en el 2020, pero también vemos que salen de miembros del campamentos de las 3 causales, de movimientos y marchas contra la corrupción o de algunos movimientos “apartidistas” que tienen más personas dentro del gobierno que laborando para su institución, dejando con la boca abierta sus compañeros que sí trabajan por convicción a diferencia de ellos, lo peor de todo, es que hasta se enorgullecen de su botella, se venden cómo héroes que van a salvar el país a través de un carguito, y tienen hasta defensores estos ineptos.
Termino este artículo recordando un spot publicitario muy bueno del 2004 de la campaña presidencial del partido morado , en el que un perredeista decepcionado de su partido decía “que verguenza compañero, que verguenza, ustedes repartiéndose el partido a la garata con puño y nosotros aquí, jalando aire” así deben estar las bases del partido de gobierno, viendo cómo convierten bocinas en funcionarios, activistas en botellas y gente del partido morado nombrada, mientras ellos que trabajaron están pasando las mil y una, la nueva política le apagó el jacho a las bases.